A lo largo de las jornadas del martes y miércoles desfilan ante el pleno del Congreso los ministros para defender sus partidas de gastos para el año 2014. Es un trámite anual en el que, como no puede ser de otro modo, todos tienen la obligación de expresar su acuerdo con el reparto de la tarta fijado por el profesor Montoro. El debate no sirve para modificar las partidas ni, mucho menos, para orientar la política económica hacia una mayor solidaridad y equidad fiscal. Pero es útil para el pataleo antigubernamental. De las 4.120 enmiendas parciales que han presentado los distintos grupos de la oposición, el PP solo ha admitido dos que cambian la asignación de 120.000 euros. Es lógico que la oposición proteste.

Abrió el desfile de modelos ministeriales la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, quien enfatizó la austeridad del presidente Rajoy hasta el punto de reducir a la mitad en 2014 los 40.000 euros en viajes internacionales de este año. Como hay elecciones, viajará más por España y menos al extranjero, se entiende. Eso no quiere decir que vaya a menguar la partida del Ministerio de Defensa para los aviones del Grupo-42, destinados al transporte de autoridades. El habitual galimatías presupuestario permite esos lucimientos propagandísticos –“la austeridad de Rajoy”– para la galería.

El galimatías es de tal calibre que las inversiones en programas de armamento no hay que buscarlos en Defensa, sino en Industria, donde los 200 millones de inversión añadida al programa del submarino S80 aparecen en un epígrafe sobre innovación en la pequeña y mediana empresa. Los gastos de la Corona no son los 7,6 millones de euros asignados a la Casa Real y que administra el Rey, sino algunos más, distribuidos en las partidas de Presidencia, Asuntos Exteriores, Cultura, Defensa e Interior. Y así sucesivamente. “¿Cuánto cuesta realmente la Monarquía?”, se preguntaba el diputado Josep Joan Nuet. Aunque José Manuel Albendea, el de mayor edad del Congreso, se esforzase en repetir un año más que tenemos la Monarquía más austera de Europa, el coste real no lo sabemos.

De las perlerías del debate destacaríamos el tono flácido y constipado del entusiasta Montoro para exigir un ajuste nueve veces superior en el gasto de las autonomías, que son las que cargan con la sanidad, la educación y los servicios sociales, al que exige a la Administración central y a la alta dirección del Estado. De hecho, el gasto de la Administración central crece más de lo que ingresa, pese a llevar cuatro años de congelación salarial a los funcionarios y cinco de amortización del 90% de los puestos de trabajo que quedan vacantes por jubilación. Perla también la enfática petición de Rosa Díez de que se suprima la partida de 350.000 euros para la traducción simultánea en el Senado, puesto que, según dijo “es un dispendio y no hace falta utilizar otras lenguas cuando todos nos entendemos en castellano”.

Digna de ver la cara de asco que puso el ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert, cuando le hicieron saber que Bruselas, sin duda impresionada por la porquería acumulan las calles de Madrid, había tachado de “basura” su información sobre el recorte de las becas Erasmus. Según el portavoz de la comisaria de Educación, Androulla Vassiliou, la afirmación del ministro Wert sobre los nuevos criterios de reparto de las becas Erasmus que reducirían a la mitad los 40.000 beneficiarios en la actualidad “es erronea” y “es basura”. Por el contrario, según la Comisión, el próximo curso España recibirá de Bruselas un 4,3% más y contará con 53,4 millones de euros. La estimación del crecimiento de fondos para estas becas hasta 2020 es del 60%, añadió la Comisión.

Luego ya, en la Puerta de los Leones, todos los representantes de los grupos de la oposición se comprometieron con las ONG agrupadas en la Alianza Tasa Robin Hood contra la pobreza a defender la implantación de la Tasa Tobin sobre las transacciones financieras internacionales. El 0,1% supondría una recaudación de 35.000 millones de euros en el conjunto de la UE, de los que 5.000 corresponderían a España. Si se tratara de ser coherentes con el comunicado de “solidaridad y generosidad” con el pueblo hermano de Filipinas que el presidente de la Cámara, Jesús Posada, leyó al comienzo del pleno, el PP respaldaría la aplicación de esa tasa inmediatamente. Para un partido que ha subido 50 tasas e impuestos desde que gobierna, no supondría mayor esfuerzo. Pero en este punto, ya la noche del lunes los gubernamentales anticiparon su rechazo a esa propuesta formulada por Gaspar Llamazares. Una cosa es predicar y otra dar trigo. Y dar trigo equivaldría además, con ocasión de la Tasa, al control de los Estados sobre los fondos buitres. Y eso ni antes ni ahora que según Emilio Botín entra dinero a espuertas interesa a los ricos y a los poderosos, mal que pese a los pobres y al sistema democrático.