El balance del comercio de gas en este año muestra que las importaciones de gas de Argelia han aumentado hasta representar más del 51% del total de las compras en el exterior de este hidrocarburo. En concreto las adquisiciones a ese país norteafricano se elevaron a 143.012 gigawatios-hora (gwh), de un total de 279.779 gwh importados hasta septiembre, según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores). El gas argelino ha llegado básicamente por gasoducto, aunque 29.141 gigawatios fueron trasladados como gas natural licuado (GNL) a través de barcos.

Muy detrás de ese país como suministradores se encuentran Noruega, Qatar, Nigeria, así como Trinidad Tobago. Otro dato que se percibe en estas estadísticas es la práctica ausencia del gas de Egipto, que llegó a ser un exportador relevante, si bien Gas Natural Fenosa espera que la planta egipcia de Damietta, en la que participa, esté operativa a corto plazo.

El peso de las importaciones de ese país del Magreb está subiendo casi todos los meses de este año y está casi diez puntos por encima de 2012 y es trece puntos más elevado que en 2011. Varias son las causas que se apuntan en el sector para explicar la vuelta de niveles de dependencia de Argelia de hace años, cuando todavía no se habían incorporado nuevos suministradores y comercializadoras al sistema gasista español. Y además cuando España no contaba con la actual red de regasificadoras y gasoductos que permiten la entrada de gas por barco y su transporte al conjunto del país.

Entre ellas están la subida del precio de GNL en algunos mercados, como el de Japón, que impulsa a brokers y otros operadores a trasladar las cargas de los buques hacia el Lejano Oriente, con lo que gana porcentaje el gas transportado por gasoducto. También se refleja en un mayor utilización del Medgaz, infraestructura submarina que une directamente España con Argelia, así como del gasoducto que atraviesa Marruecos.

El actual porcentaje superior al 50% está por encima de los objetivos del Gobierno, que fijó en el 50% el tope de adquisición de gas de un mismo origen con el fin de diversificar los suministros, más teniendo en cuenta que algunas de las zonas que exportan gas están o puedan estar inmersas en conflictos que dificulten las exportaciones. En conjunto la factura de estas importaciones superan los 10.000 millones de euros en el año.

Si bien existen circunstancias que explican ese aumento, se trata de un hecho que no es examinado de forma aislada. Porque otro hecho es que el primer accionista del gasoducto de Medgaz, que sale de la ciudad argelina de Orán, está controlado al 43% por la compañía estatal argelina Sonatrach, seguido por un 42% por Cepsa -de la que su primer accionista es el grupo IPIC, de Abu Dhabi-, mientras que la única empresa española es Gas Natural Fenosa, que posee el 15% restante. Además, enmarcados en los casi siempre complejos entramados accionariales del sector energético, Sonatrach cuenta con un 4% de la compañía que dirige Rafael Villaseca. Un porcentaje que, según medios consultados, el Gobierno no quiere que se amplíe de forma significativa.