La tómbola de Inés Sastre

29/11/2013

Carmen Duerto.

Un cóctel amenizado con una tómbola benéfica en un elegante patio interior del barrio de Salamanca de Madrid, al que acudieron cien invitados y que tuvo tres mujeres como anfitrionas; Christiane Bömer, directora de la Joyería Wempe de Madrid, Aletta Stas, fundadora y presidenta de la firma relojera Frederique Constant y la embajadora solidaria, Inés Sastre. Todo ese esfuerzo tenía un objetivo recaudar fondos para apoyar a la Fundación Española del Corazón.

inessastre2La World Heart Federation, en colaboración con la Fundación Española del Corazón en el caso de España, se centra en la lucha contra las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares, las principales causas de muerte en todo el mundo. El fabricante de relojes suizos Frédérique Constant participa desde 2009 en organizaciones benéficas relacionadas con enfermedades del corazón. El objetivo es aumentar la concienciación sobre la enfermedad cardiovascular y los factores de riesgo para que el número de personas afectadas disminuya.

Para apoyar esta iniciativa solidaria, se organizó una tómbola durante el cóctel, servido en el patio interior de la joyería Wempe, donde Inés Sastre entregó el premio, que no podía ser otro que un reloj Fréderique Constan.

Aletta Stas - Ines Sastre - Leandro Plaza - Christiane BömerSastre, que vive desde hace 22 años en París, estrena 40 cumpleaños en Madrid y anoche, en el patio de la joyería Wempe donde se celebraba la tómbola, no lucia medalla de Dama de las Artes y las Letras de Francia pero sí, una suspicacia que después de tantos años de “oficio” tendría que tener superada y todo porque se le preguntó que si se posicionaba ante un tema polémico como el aborto. Cuando es muy fácil contestar o no, pero no dejar en evidencia un extraño comportamiento propio de alguien que pide a gritos un poquito de humildad y no porque no se sienta especialmente reconocida en su propio país “soy una española de Francia” y aquí no reciba medallas como la que lucía en su solapa al soplar las 40 velas en la galería de Jean Marie Rosie, que es donde celebró el cumpleaños “y que es como una segunda familia para mi”. Inés Sastre está encantada de dejar atrás la treintena porque es una época “complicada de tierra de nadie, cuando uno lo intenta hacer todo bien y no siempre es así”. Lo dice con conocimiento de causa porque su matrimonio apenas duró un año.  Inés, antes de sacar el papel de la tómbola, tuvo tiempo de comentar a regañadientes, que posiblemente pasará sus vacaciones de Navidad en África “si quieres te doy también la dirección”.

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