El desacuerdo entre acreedores y Deloitte eleva el riesgo a Pescanova

05/12/2013

T. Juanes. Los acreedores mantienen que la capitalización de la deuda de 3.600 millones de euros debe ser una de las bases para sanear la multinacional pesquera.

Las negociaciones para alcanzar un pacto de acreedores que evite que Pescanova entre en una terreno peligroso están estancadas, o dicho de otra forma, el acercamiento entre las dos partes: la banca acreedora y la dirección de la empresa, la consultora Deloitte, no se ha producido en una de los puntos más importantes del eventual acuerdo. Se trata de cómo se reparte las cargas de forma que la compañía supere su actual agujero financiero que asciende a 1.667 millones.

Con una deuda de 3.600 millones de euros, Deloitte, gestor elegido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), y el presidente de la empresa pesquera, Juan Manuel Urgoiti, mantienen que la empresa únicamente será viable si parte con una deuda inferior a los 800 millones de euros. Y no sólo para salir de su actual situación patrimonial de quiebra, también para evitar que el coste de la deuda se lleve la mayor parte del Ebitda (resultado bruto de explotación) en el futuro. Aunque el Ebitda ha evolucionado en estos meses de forma satisfactoria, cumpliendo las previsiones, el ‘adelgazamiento’ al que se está sometiendo la compañía con la venta de activos repercutirá en los resultados futuros.

Sin embargo, la banca no está dispuesta a llevar la mayor parte del peso de la reestructuración de la empresa y rebajan la frontera de la quita al menos al 50%. Las entidades acreedoras quieren capitalizar del orden de los 1.200 millones, al lo que se uniría los ingresos por venta de activos.

Ése es otro punto polémico, ya que algunas filiales y activos son considerados básicos para mantener la estructura productiva de la multinacional gallega. La ultima desinversión ha sido la de la filial australiana Austral Fisheries, en la que controlaba un 50% del capital. El comprador ha sido el grupo japonés Maruha Nichiro, mientras que el importe de la operación se ha elevado a más de 30 millones de euros.

El desencuentro entre acreedores y dirección tiene un significativo punto de fricción relacionado con la fórmula final entra la quita y la capitalización. Y es que si se impone la capitalización de la deuda, los actuales accionistas -como el fondo Luxempart o la familia Carceller- tendrán que aportar fondos para mantener su actual participación en la nueva Pescanova. Y es que previsiblemente se materializaría una operación acordeón, dejando el capital a cero para luego realizar la ampliación a la que la banca aportaría la condonación de deuda. 

Con el acuerdo panorama también se complica la entrada de nuevos socios, pese a que fuentes próximas a estas negociaciones reiteran que empresas del sector y fondos están interesadas en entrar en Pescanova. Si el proceso va mal siempre podrían comprar activos.

En este contexto, los inversores interesados en entrar en Pescanova tienen de plazo hasta la próxima semana para presentar sus ofertas, que podrían suponer una inyección de capital de entre 250 y 300 millones de euros, según han explicado a Europa Press en fuentes conocedoras de la situación de la compañía gallega.

La propuesta de convenio de la compañía, cuya deuda se eleva a unos 3.600 millones de euros, supedita la viabilidad de Pescanova a una entrada de capital de entre 250 y 300 millones de euros, por encima de los 185 millones de euros que contemplaba el plan de viabilidad elaborado por la consultora PwC.

 

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