S&P explica que esta mejora del rating refleja su previsión de que la compañía mantenga un bajo nivel de deuda hasta 2015, dada la evolución prevista del gasto en este periodo y su plan de retribuciones a los accionistas.

En su opinión, el nivel previsto de apalancamiento de la compañía aporta un «amplio colchón» en comparación con el umbral máximo que la agencia considera adecuado para un perfil de riesgo financiero «intermedio», que sitúa en tres veces el Ebitda.

Asimismo, la agencia de calificación ve «improbable» que la empresa incurra en «cualquier gasto adicional significativo» en proyectos en nuevas jurisdicciones antes de la apertura de las instalaciones de Macao a finales de 2015.

Sin embargo, sí que espera que la empresa persiga activamente futuras oportunidades de negocio, por lo que considera necesario que cuente con un colchón de deuda y gran cantidad de efectivo para preservar su flexibilidad en caso de que estos proyectos salgan adelante.

Asimismo, añade que aceptarían que la deuda superara temporalmente el umbral máximo recogido por la agencia para su calificación si se utiliza para financiar proyectos que S&P considere que fortalecen o preservan el perfil de riesgo empresarial de la compañía.