Arturo Fernández, el empresario al que la crisis está dejando en ‘outside’

05/12/2013

Maite Vázquez del Río. El presidente de CEIM ha anunciado que se presentará a la reelección como presidente de la patronal madrileña, aunque tendrá que pugnar con una candidatura alternativa, la de Hilario Alonso.

Arturo Fernández, el presidente del grupo Arturo Cantoblanco, un grupo con más de 200 empresas y 2.500 empleados, está viviendo en carne propia la crueldad de la crisis. El grupo está perdiendo dinero y no es capaz de afrontar sus compromisos, ni con sus propios empleados, ni con la Seguridad Social ni con las cláusulas de los contratos de las concesiones adjudicadas. Ante esta situación ha puesto a la venta la mitad del negocio y está en busca de algún inversor.

La penúltima dentellada de la crisis ha sido la pérdida del contrato con el recinto ferial madrileño, Ifema, al que adeuda 2,7 millones de euros. Al no poder afrontar su pago, Arturo Fernández ha confirmado su retirada para que el nuevo que llegue tenga mejor suerte. Casualmente es miembro del consejo de Ifema. La anterior pérdida fue la concesión del servicio de restauración en el Congreso de los Diputados, donde Arturo llevaba décadas trabajando.

Gran parte de su éxito antes de esta crisis fue estar presente en un gran número de instituciones del país. Congreso de los Diputados, Senado, Parlamento de la Comunidad de Madrid, Ifema… Negocios por todo lo alto que no parece que fueran a darle quebraderos de cabeza, dado que su “clientela” está asegurada y no se ve afectada por fenómenos como el del paro. Y también que le abrieron las puertas a abrir relaciones con políticos, sobre todo de la Comunidad de Madrid.

Todo iba viento en popa. Su amigo, Gerardo Díaz Ferrán le cedió la presidencia de la patronal madrileña, CEIM, cuando se fue a ocupar el sillón presidencial de la CEOE. De esta forma también se aseguraba una de las vicepresidencias de la patronal española. Poco tiempo después también fue nombrado presidente de la Cámara de Comercio de Madrid. Sus buenas relaciones con la entonces presidenta de la comunidad madrileña, Esperanza Aguirre, eran conocidas por todos.

Tal vez haya sido casualidad, o no. Pero lo cierto es que Díaz Ferrán tuvo que abandonar la CEOE por sus problemas con Viajes Marsans y, poco más de un año después, Arturo Fernández empezó a tener sus primeros traspiés. La crisis hacía mella en su negocio y se descubrió que pagaba a sus empleados parte de su sueldo (horas extras, por ejemplo) en dinero negro. También que le debe a la Seguridad Social alrededor de 400.000 millones.  Y a renglón seguido ha ido perdiendo sus concesiones en sitios oficiales.

Ante esta situación comenzó a negociar con su competidor, Mediterranea, para que se quedara con la mitad del negocio, una operación que también le ha salido mal. Y para empeorar las cosas, esta misma competidora se ha quedado con uno de sus buques insignia, el servicio de catering y restauración del Congreso de los Diputados.

En este año horribilis de Arturo Fernández también se vio tambalear su posición dentro de la patronal. Cuestionado en CEIM, acaba de anunciar que se presentará a la reelección como presidente. Pero en esta organización cada vez hay más voces críticas que piden que quienes le representen no estén imputados en ninguna causa. Por ello, por primera vez en la historia de CEIM habrá una segunda candidatura a cubrir la presidencia, la encabezada por Hilario Alonso.

Mientras tanto, el actual presidente de la CEOE, Juan Rosell, se ha visto obligado a cambiar los estatutos de la organización para acallar a quienes reclamaban que sacara de la vicepresidencia a Arturo Fernández, por ser un mal ejemplo de lo que son los empresarios (pagar en dinero negro y no atender sus pagos con la Seguridad Social). Rosell optó por el camino de enmedio, fijando que cualquier miembro de la ejecutiva imputado en alguna causa con la Justicia sería cesado en su cargo. Aun no es el caso de Fernández, que se encuentra negociando con la Seguridad Social el pago de su deuda y no parece que se haya presentado ninguna demanda contra él por pago en dinero negro de los sueldos. Desde luego no parece que sea un ejemplo a seguir.

Este 11 de diciembre desde CEIM se pondrá en marcha la maquinaria de la reelección con la lista oficial de los miembros que elegirán al futuro presidente. A partir de ese momento se fijará la fecha de las elecciones, que como máximo tendrá que ser convocada en los próximos tres meses.

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