Pablo Herreros: «El asesino también tiene derecho a la libertad de expresión, pero no a cobrar por ello»

20/12/2013

Lucía Martín. Dicen que es uno de los 25 españoles más influyentes en Internet. Lo que indudablemente es Pablo Herreros es un gran comunicador y eso, nos lo cuenta en su libro El poder es de las personas.

imagenlibroCualquiera que conozca a Pablo Herreros sabe que es un excelente comunicador además de una gran persona. Muchos le conocerán como el bloguero que puso contra las cuerdas al programa La Noria, pero este hecho, aunque importante en su vida, sobre todo por las consecuencias que tuvo, no deja de ser anecdótico en su dilatada carrera profesional. Ahora Herreros nos habla de lo que mejor sabe hacer, comunicar, en entretenido libro, titulado El poder de las personas (Editorial Léeme). Plagado de anécdotas y escrito de forma amena, la obra es de obligada lectura si eres comunicador (del entorno 1.0 ó 2.0), periodista o si simplemente, quieres aprender a comunicar.

– Se rodea el Congreso, hay manifestaciones en la calle, se hacen huelgas de hambre, y sin embargo, los políticos siguen ahí, ni uno ha cambiado… ¿el poder es realmente de las personas, pero, de qué personas? ¿lo es de las de la calle?

El título del libro tiene trampa, tiene un trozo de verdad y otro de reivindicación, de «devolvednos el poder que nos habéis robado de forma sucia los que deberíais ser meros delegados nuestros». La parte de verdad, que también la tiene, hace referencia a tantos cambios como estamos provocando hoy gracias a que internet es el pegamento que nos hace poderosos. Nunca antes el ciudadano pudo provocar cambios como lo hacemos hoy. El poder sigue en manos de los de siempre pero ya no pueden jugarse nuestro futuro en timbas entre políticos y grandes medios, como se hizo siempre. Ha habido y hay cada vez más pequeños cambios importantes provocados por la movilización en la red: desde Emilia, la mujer que compró pañales con una tarjeta encontrada en la calle, a la que salvamos de ir a la cárcel; a David Reboredo, al que se indultó tras nuestra presión en Change.org, o al de hoy de Elena Alfaro, que ha conseguido que el Congreso apruebe una petición para que haya préstamos de libros de texto en los colegios. En cuanto a los políticos, creo que nunca la política volverá a ser como la conocimos. Está a punto de plasmarse en votos un movimiento que iniciamos muchos hace 3 ó 4 años, con el #NoLesVotes, y que pasó de la red a las calles convertido y ampliado (15M), y volverá a resurgir cuando los ciudadanos veamos que es útil movernos. Los políticos miden sus tiempos pero nosotros, también.

– Compra un periódico y salvarás a un periodista rezaba una camiseta… ¿cómo ves el futuro de los periódicos de papel?

– ¿En pa…qué? El papel seguirá cayendo un 10%, hasta que desaparezca a diario y quede, quizás, como soporte del fin de semana. Lo que sí tiene futuro, creo, son las ediciones digitales tipo Orbyt, que por supuesto serán más ricas en contenido y enlaces. Pero si los medios siguen perdiendo su honestidad por defender a corruptos, sean banqueros, empresarios, sindicalistas o políticos, los lectores seguirán dejando de confiar en esos medios y nunca volverán a comprarlos. Hacer un favor a un anunciante se paga años después: aunque a veces crean que les beneficia tapar al corrupto porque les da negocio, eso es la ruina en credibilidad.

– Hablemos de redes sociales, ¿por qué llevan tan mal las empresas las críticas en general?

Porque vienen de un mundo unidireccional, en el que ellas emitían mensajes y la plebe se los leía o los escuchaba en tele o radio. No entienden que hemos pasado de una comunicación de masas a una masa de comunicadores con capacidad igual o mayor que la que antes sólo tenían las grandes empresas. Del mundo de «eso lo tapamos hablando con el medio», al mundo de «hay que ser transparentes porque sólo la transparencia tapa un escándalo».  Cuesta aún entender -aunque muchas ya lo han hecho- que un ciudadano tiene poder y voz para poner el dedo en la llaga de algo que haga mal nuestra empresa. Si ese «algo» es real y erróneo, el cambio se impondrá antes o después. Mi consejo es que las empresas se abran y vean el nuevo mundo con la humildad y la curiosidad de un niño, porque en ese mundo meritocrático de la web social hay grandes oportunidades para las empresas.

– Miquel Ricart sale de la cárcel y ya están ahí los reporteros de Ana Rosa… Con tu experiencia con La Noria, ¿crees que fue un antes y un después?

– Por supuesto que sí fue clave lo que hicimos en el caso La Noria. Eso provocó que el fin de semana del 1 de diciembre la gente montase una protesta masiva en Twitter, que a su vez puso los pelos de punta a responsables de marcas que exigieron a sus agencias de medios retirar cualquier anuncio que hubiesen programado si se hacía la entrevista. Ese movimiento responsable de las marcas (oculto a los ciudadanos) y el recuerdo de lo vivido, provocó sudores fríos a los ejecutivos de las cadenas, que recularon para que no se diese ni entrevista pagada al asesino ni minutos de gloria. Aun así, es el momento de volver a pedir a las cadenas que actúen para siempre: comprometeos para siempre y en público a no contratar ni pagar jamás a violadores, asesinos ni maltratadores por entrevistas sobre sus delitos. ¿Que están arrepentidos y quieren decirlo? Adelante, pero que no ganen un euro por hablar de sus crímenes.

– ¿Quién es el responsable de estos contenidos tan mediocres en las teles, ellas o el público que los ve?

– El espectador tiene responsabilidad por verlo, claro. Pero la suya es mil veces menor que la de quien paga y elige emitir ese contenido. No es negativo emitir una entrevista con un asesino, al menos en mi opinión. Cualquier persona tiene derecho a la libertad de expresión, hasta un asesino. Pero no a ganar dinero a costa de hablar de lo que hizo: eso es monstruoso, no admite debate. No quito culpa al espectador pero creo que es muy superior la responsabilidad de las teles, que además gozan de una concesión pública porque prestan un servicio público y entran en los salones de millones de casas. Son los periodistas, las cadenas, y el Gobierno, quienes deben buscar una solución ya para que nunca más vuelva a haber un revuelo como el de Miguel Ricart, que ha sobrecogido a las familias de sus víctimas durante días.

– Tú estás entre empresas y periodistas, dinos cinco cosas que no le gusta oír a un periodista

– ¿Lo vas a publicar? Cuando lo hagas, mándamelo, por favor; ¿Me puedes mandar el artículo antes de que salga?; Nuestra empresa es el líder mundial en polímeros recauchutados en uve doble, según el prestigiosísimo ranking de Hutchens; Os conozco. Al final pondrás lo que te dé la gana…; Me parece increíble que a un tema tan gordo le hayáis dado tan poco espacio y tan mal tratamiento.

– ¿Y otras cinco que no le gusta oír a un responsable de comunicación?

– De este tema ya hemos publicado muchas cosas parecidas; Ese día es difícil que cubramos lo vuestro porque estamos en cuadro en la redacción y hay mil temas más; El viaje a Milán estuvo muy bien pero el Presidente mundial no me contó nada que no supiera ya; Tenía tanto trabajo pendiente que aquella entrevista que hice a tu director general se va a quedar sin publicar, porque ya se me ha quedado pasado de fecha; Hacer una rueda de prensa ese día fue un suicidio, dada la cantidad de noticias importantes que había.

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