La próxima semana se reúne la Fed y cada vez hay más adeptos a la idea de que no retrasará la retirada de los estímulos hasta marzo, como se creía hasta hace solo unos días, sino que podría hacerlo desde ahora mismo. Eso sí, en raciones mínimas. Se ha pasado de teorías que hablaban de un ‘tapering light’ a hablar directamente de ‘minitapering’.

Y lo que más sorprende es escuchar a James Bullard, presidente de la Fed de Saint Louis, hablar abiertamente de ello y razonar que un movimiento de este tipo «valoraría desde ahora mismo la mejora experimentada por el empleo, pero permitiría a la Fed contar con margen de maniobra para adaptar sus actuaciones a lo que permita la inflación’.

De una forma tangencial, la inflación entra en el debate. El miedo es a la deflación y no a la inflación. Todos quieren subidas de precios razonables, pero subidas. De lo que no se quiere oír hablar es de una inflación demasiado baja o incluso negativa. Y rebajar en el entorno de los 5.000 millones al mes las intervenciones no va a poner a nadie contra las cuerdas y, efectivamente, permite a la Fed monitorizar la inflación durante un periodo suficientemente amplio, como es el establecido hasta marzo de 2014.

Posiblemente, la razón por la que Wall Street apenas se está inmutando ante los buenos datos puede radicar precisamente en lo que hoy ha puesto Bullard en primer plano. La fed podría ‘llevar de la mano’ a los mercados durante la fase en la que irá reduciendo los volúmenes de dinero usados para intercambiar por bonos y algún otro activo.

Pues bien, la sesión de hoy ha sido de nuevo de esas que demuestran que el negocio, cualquier negocio, anda de capa caída. Los índices han terminado con una leve mejoría, pero los valores en negativo superaron ampliamente a los valores en positivo, así que mucho ojo.

Al cierre, el Dow Jones subió un 0,03%,, el S&P 500 un 0,18% y el Nasdaq Composite un 0,15%