La banca española debe prepararse para fusiones y compras transfronterizas

13/12/2013

Miguel Ángel Valero. El Centro del Sector Financiero de PwC e IE Business School pronostica que su peso bajará del actual 7º puesto mundial al 14º en 2050

“No hay nada permanente salvo el cambio”, escribió Heráclito 500 años antes de Cristo. Cita que abre la presentación del informe “La banca, en la encrucijada. El futuro del sector financiero español en un mundo global”, por parte de Luis Maldonado, director del Centro del Sector Financiero de PwC e IE Business School. Este estudio señala siete “agentes catalizadores” del cambio en las entidades financieras:

1.-El entorno macroecónómico: el centro de gravedad de la economía mundial se está desplazando hacia los países emergentes. China superará a EEUU como primera economía mundial en 2017.

2.-El marco regulatorio: hay unos 30 proyectos en marcha, que endurecen las condiciones de capital, exigen más transparencia y mayor protección al cliente.

3.-La gestión del riesgo: la crisis ha incrementado los riesgos clásicos (crédito, mercado) y ha hecho emerger otros que hasta ahora pasaban desapercibidos (regulatorio, macroeconómico, reputacional)

4.-El cambio demográfico, con el envejecimiento de la población en los países desarrollados, y su impacto en el Estado del bienestar.

5.-El cambio del cliente, por la irrupción  de Internet

6.-La innovación

y 7.-El cambio tecnológico, que facilita el tratamiento de información masiva y plataformas de Internet situadas en servidores remotos (la ‘nube’).

El informe pronostica que la economía española, actualmente la 12ª del mundo, bajará hasta el puesto 15 en 2030. Los bancos, séptimos por activos domésticos ahora, caerán a la décima posición en esa fecha y se colocarán en la 14ª en 2050.

 

El margen ordinario, en manos de los emergentes

El peso de los mercados emergentes en el margen ordinario de los bancos españoles ha pasado del 37% en 2006 al 50% en 2012. Entre 2009 y 2012, el número de empresas exportadoras ha crecido el 18%, lo que “abre nuevas oportunidades de negocio para las entidades financieras que acompañen a las empresas en sus proyectos en el exterior”

A pesar del ajuste del 17,3% desde 2008 (donde había 46.118 oficinas), España es el país europeo con más sucursales (38.142), con 9,4 por cada 1.000 habitantes (frente a las 6,1 de Portugal, las 4,6 de media en la UE, o las dos del Reino Unido). “El proceso de reducción seguirá en el corto y en el medio plazo”, avisa el informe.

La penetración de la banca online en España es del 45,5%, muy por encima de la media europea (39,9%), pero lejos del 66% de Holanda o del 60% de Francia.

La eficiencia de la banca española se sitúa en el 50%, mucho mejor que la de sus colegas europeos. Pero la rentabilidad sobre recursos propios, que llegó al 17,5% antes de la crisis, está en el 3,8%.

 

Recomendaciones

El informe formula siete recomendaciones a las entidades financieras españolas:

1.-Ajustes en la internacionalización: “ya no es posible reproducir el patrón de inversión de los años 90 en Latinoamérica”. “Es aconsejable explorar modelos de negocio especializados”, como gestión de patrimonios, consumo, financiación de empresas, medios de pago. Y en zonas como Asia, concentrar esfuerzos en grandes ciudades, en lugar de fijarse objetivos nacionales o regionales.

2.-Operaciones transfronterizas: “Los bancos deberán estar también atentos a posibles fusiones o adquisiciones transfronterizas, ya que la armonización regulatoria en Europa facilita la integración de los ahora fragmentados mercados minoristas”.

3.-Avanzar hacia un modelo de gestión de riesgos que involucre a toda la organización, y que atienda a los que están emergiendo con la crisis.

4.-Adaptar la cartera de productos a las proyecciones demográficas. En los países desarrollados, el envejecimiento y la reducción de las prestaciones del Estado del bienestar invitan a centrar los esfuerzos en los productos de jubilación y en los seguros de Salud.

5.-Plataformas digitales que refuercen la banca online y móvil, la presencia en la redes sociales, y se integren en una verdadera multicanalidad, yendo más allá de la simple reducción de costes. La sucursal debe centrarse en el asesoramiento y en la relación directa con el cliente.

6.-Procesos de innovación “más radicales” para hacer más eficiente el modelo de negocio e intentar recuperar los niveles de rentabilidad previos a la crisis.

7.-Atención a los nuevos actores, especialmente en el área de medios de pago.

y 8.-Para recuperar su reputación, la banca debe impulsar el desarrollo de la cultura financiera y el conocimiento del funcionamiento de los mercados.

 

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