Unos cuatrocientos mil barceloneses utilizan diariamente los trenes de cercanías y desde el lunes el servicio sufre notables retrasos como consecuencia de una huelga de celo de los maquinistas. Renfe emitió una nota asegurando que “no podía garantizar que el servicio funcionara correctamente”  y añadía que no podía detallar con exactitud los servicios afectados “que cambian constantemente en función de si los maquinistas se presentan o no a trabajar”. El lunes, primera jornada de la huelga de celo, los retrasos en los trenes superaron la hora y la mañana del martes la media de retrasos ya era de 20 minutos.

Fuentes de la empresa explicaron que el horario laboral de los maquinistas está pactado y avalado por el ministerio de Fomento y anunció expedientes a los maquinistas que no acudan al trabajo. Losa sindicatos por su parte culpan de los retrasos a un cambio de horarios aplicado desde el lunes que establece un periodo de descanso más reducido. La UGT reclama que les permitan realizar los descansos estipulados por la ley, que es de cuarenta y cinco minutos por cada cinco horas de trabajo.

La CGT negó que se tratara de una huelga encubierta y explicaron que las negociaciones sobre los turnos que deben seguir los 490 maquinistas del servicio de cercanías se rompieron la semana pasada y la empresa impuso el lunes los nuevos horarios que han generado este conflicto. Asimismo aseguraron que los nuevos horarios son tan ajustados que cualquier incidencia provoca estos retrasos en cadena.

Desde la Generalitat calificaron la situación de “absolutamente inadmisible” y, en palabras del director general de movilidad, Ricard Font, ha reclamado que se devuelva el importe de los billetes a todos los pasajeros afectados y ha reclamado a Renfe que se abra un expediente informativo para analizar el conflicto.