Datos para echarse a llorar. O a temblar. Más de tres millones de viviendas han sido asaltadas en España en los últimos cinco años. Desde el inicio de la crisis, el número de robos en los hogares se ha incrementado un 73%. Lo más preocupante: se ha duplicado el uso de la violencia o la intimidación a la hora de cometer esos asaltos. Cada vez es más frecuente que los ladrones entren en las casas cuando sus propietarios están en el interior. El 16% de las víctimas se encontraban en el interior de sus viviendas en el momento del robo, de las que casi un 20% sufrió violencia o intimidación por parte de los atacantes. Los asaltos más violentos se localizaron principalmente en urbanizaciones, zonas residenciales y poblaciones de menos de 50.000 habitantes

El 90% de los propietarios de viviendas cree que es necesario endurecer el Código Penal para este tipo de delitos. Y el 40% de las víctimas considera poco o nada útil denunciarlos a la Policía. Y el 45% suspende a ésta. El número de detenidos por robar en viviendas ha crecido un 123% desde 2007, pero sólo el 11% de casos denunciados en 2012 acabó esclareciéndose, según reconoce el propio Ministerio del Interior. Canarias, Asturias y Cantabria fueron los territorios donde la Policía resolvió más casos, mientras que la Comunidad de Madrid, La Rioja y la Valenciana fueron donde más asaltos quedaron impunes.

El robo más habitual: en viviendas unifamiliares (chalets), forzando las ventanas (40% de los casos), en fin de semana y a plena luz del día. Otros métodos muy utilizados son extraer el bombín de la cerradura (19,2%) o el ‘resbalón’ (que consiste en abrir la puerta utilizando una radiografía o una tarjeta de crédito), con el 14%.

El coste medio de los robos en viviendas durante el pasado año alcanzó los732 euros, según Icea. Los objetos más codiciados por los ladrones son el dinero (64%), las joyas (57%) y los equipos electrónicos (54%).

La Comunidad Valenciana, Baleares y Murcia son las regiones que sufren más robos en vivienda, mientras que Asturias, Extremadura y Castilla y León, las que menos.

Unos cuatro millones de hogares españoles carecen de cualquier medida de seguridad. El 23% de los propietarios reconoce que esconde los objetos de valor en sitios tan peculiares como el colchón, el frigorífico, la cisterna del baño o detrás de los armarios.

Son datos del Estudio sobre el robo de viviendas en España, realizado por la división de Hogar de Línea Directa. La aseguradora de Bankinter ha analizado los datos oficiales de robo en los hogares españoles durante los últimos seis años, y recogido la opinión de 1.500 propietarios.

Sin protección

El dato más alarmante es que cuatro millones de viviendas en España carecen de medidas de seguridad. Entre las que sí tienen, la puerta blindada es la medida de protección más común (65% de los casos). Las rejas en puertas y ventanas (28%) y la colocación de alarmas (23%) son otras medidas.

Llama la atención que el 47% de los propietarios de viviendas pondría, si tuviera recursos, una alarma en primer lugar; y otros dispositivos electrónicos como las cámaras de seguridad y los simuladores de presencia, en segundo.

El 40% de los propietarios de viviendas reconoce que las segundas residencias tienen menos medidas de protección, lo que explica en parte la mayor frecuencia de robo en las zonas turísticas y costeras.

A Francisco Valencia, director de Gobierno Corporativo de Línea Directa, le llama la atención que alrededor de 11 millones de viviendas españolas no tengan un seguro. El 48% de los propietarios que han sido víctimas de un robo en sus hogares reconoce que no tenían contratada esta cobertura en el momento del delito. Tras el asalto, siete de cada diez propietarios víctimas de un robo en su casa disponen actualmente de esta cobertura, y tan sólo un 3% sigue sin tener seguro. “Incrementar las medidas de seguridad y contar con la cobertura de robo en el seguro de Hogar es algo muy importante, sobre todo teniendo en cuenta que la vivienda sigue siendo la principal inversión de los españoles”.