Pelayo, la Federación Española para la Seguridad Vial (Fesvial), la Federación Española de Empresarios Profesionales de la Automoción (Conepa) y la Asociación de Talleres de Madrid (Asetra), han elaborado el informe Mantenimiento de Vehículos. José Boada, presidente de Pelayo, destaca dos datos alarmantes: el 30% de los vehículos implicados en siniestros y analizados en esta investigación circulaban con problemas con el estado de los neumáticos. Y el 12%, en los frenos. Y recomienda a los conductores que se preocupen por el mantenimiento de sus vehículos.

Pero lo que más le preocupa es que “desde que comenzó la crisis, los conductores retrasan durante muchos meses las revisiones que aconsejan los fabricantes de los vehículos”. Uno de cada cuatro usuarios retrasa más de seis meses la visita al taller, y uno de cada diez lleva más de un año sin pasar por él. El principal motivo para posponer la necesaria puesta a punto del vehículo es económico, pero también se ha incrementado la falta de cultura del mantenimiento y de responsabilidad por parte de los conductores.

El informe se compone de un estudio sociológico para saber si los conductores realizan o no las revisiones adecuadas; una auditoría a vehículos siniestrados para conocer su estado de mantenimiento previo al momento de sufrir el accidente; y la opinión de los expertos en el mantenimiento mecánico para conocer qué revisiones se deben realizar y cuáles pueden ser efectuadas directamente por el usuario.

El estudio pone de manifiesto que un gran porcentaje de conductores desconocen qué mantenimiento deben realizar a su coche, lo que se traduce en que muchos componentes que deberían ser revisados por el propio conductor no son examinados, y cuando lo son no se hace con la frecuencia recomendada.

 

Lo que más se revisa, la presión de los neumáticos

Los conductores aseguran realizar ellos mismos el mantenimiento de aquellos componentes que presentan menor grado de dificultad. Así, lo que con mayor frecuencia se revisa es la presión de los neumáticos. Un 48% afirma revisarla cada tres meses, cuando se debería revisar una vez al mes o antes de realizar un viaje. El 39%, el limpiaparabrisas; el 23%, el estado de los neumáticos; y el 20%, el agua del radiador. En cuanto a la revisión del aceite, un 37% lo hace una vez al año. En las escobillas, es el 27%.

Aquellos elementos que presentan una dificultad alta son los que más se revisan en el taller: la correa de distribución (47%), el estado de la suspensión/amortiguador (44%) o los filtros (42%).

Los componentes en teoría más accesibles que los conductores afirman revisar en muy pocas ocasiones, o incluso en ninguna, son la rueda de repuesto (12%), el cinturón (11%), la correa de distribución (7%), la batería (6%) y el tubo de escape (6%).

Ramón Marcos, presidente de Asetra y de Conepa, subraya “la necesidad de trasladar a la sociedad la importancia del mantenimiento, porque está en juego la vida de mucha gente”. “Los automovilistas deben confiar en el taller como asesor en el mantenimiento de su vehículo. Animamos a los conductores a que aprovechen la visita a nuestras instalaciones para aclarar sus dudas. Reivindicamos la función social del taller como garante de la seguridad vial”, insiste.

José Ignacio Lijarcio, director de Proyectos de Fesvial afirma que “el óptimo mantenimiento de los vehículos, es fundamental para su seguridad”. “El buen estado de los componentes no sólo garantiza una mayor duración del vehículo, sino también mayor fiabilidad y capacidad de respuesta en caso de que se produzcan situaciones de riesgo”, subraya. Pero reconoce que el estudio demuestra  que muchos conductores no revisan con la periodicidad recomendada algunos elementos básicos, lo que puede suponer un peligro. “Los conductores deben preocuparse por el estado de salud de sus vehículos”, concluye.