Mantener la presión en la calle y preparar una negociación firme y exigente con el Gobierno para que rectifique su política laboral y económica, serán dos de las líneas de acción que las centrales mayoritarias van a abordar después de que ha pasado la huelga general, según fuentes sindicales consultadas por diarioabierto.es. Unas líneas para las que ahora han recibido una inyección de moral con la decisión de la Audiencia Nacional de considerar dudoso desde el punto de vista constitucional el recorte salarial a los funcionarios.

El paro del 29-S los sindicatos siguen considerándolo como “un éxito, digan lo que digan la mayoría de los medios de comunicación”, según señala el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo en una carta que ha envidado a los afiliados de su sindicato para agradecerles su esfuerzo durante la huelga general. En la misiva Toxo resalta que después de 29-S el Gobierno “está obligado a rectificar”.

El “enfado sindical» que condujo a CCOO y UGT a convocar la huelga no sólo se mantiene, sino que se va a expresar de nuevo con la reforma de las pensiones que el Ejecutivo quiere abordar en este último trimestre del año, con la aprobación de los Presupuestos para 2011 y con el desarrollo reglamentario de la reforma laboral. Todo ello sin olvidar que las dos centrales están urgiendo a la patronal CEOE a abrir la negociación pendiente sobre la reforma de la negociación colectiva.

En este sentido, el máximo órgano de dirección entre congresos de UGT, su Consejo Confederal, acordó en su última reunión, exigir al Gobierno que “no ceda a la tentación de acometer de manera unilateral una reforma” de la negociación colectiva”. Algo que a su juicio “parece ser” que es “lo que buscan las organizaciones empresariales” dilatando el proceso.

El conflicto que llevó a CCOO y UGT a convocar la huelga general “sigue abierto” advierte también el portavoz de Comisiones, Fernando Lezcano, con motivo de la reunión de la Comisión Ejecutiva y Comité General de comisiones celebrado también el pasado miércoles. Esas reuniones fueron las primeras de los máximos organismos de dirección de las centrales mayoritarias tras el 29-S.

En cuanto a la negociación, la estrategia que van a seguir CCOO y UGT va a ser la de no considerar como diálogo social las reuniones a las que les convoque el Gobierno en determinadas políticas sociales y laborales, como puede ser la reforma de las pensiones o el desarrollo de la reforma laboral ya que consideran que el Ejecutivo tiene la “obligación legal” de informar y consultar a los sindicatos sobre estas medidas. Diálogo social Las dos centrales mayoritarias sólo considerarán que se produce una verdadera apertura del diálogo social si el Gobierno da muestras de “rectificación” en su política laboral y social. Sería el caso de un cambio en la reforma laboral ya aprobada o que no siguiera adelante con la reforma de las pensiones tal y como la orienta el Ejecutivo. Se trata de un cambio de rumbo del Gobierno que parece difícil que vaya a ocurrir, con lo que el nuevo enfrentamiento está servido.

La estrategia sindical tendrá su complemento en la elaboración de un documento con la alternativa sindical alternativa a la política de Zapatero y las principales reivindicaciones de las centrales. Se trata en palabras de UGT de “articular una interlocución con el Gobierno que debería tener como primer paso el restablecimiento de los derechos eliminados por las reformas implantadas”. El documento incluirá una serie de propuestas de ambos sindicatos en materia económica con una alternativa a la política del Ejecutivo.