El perfume es una de las cosas más especiales que existe: cuán difícil es acertar con un perfume como regalo, aunque creas conocer muy bien al destinatario. Asociado al perfume, el olfato, uno de los sentidos más interesantes que poseemos (¡cuántas veces hemos olido algo que nos ha hecho viajar en el tiempo a nuestra infancia o a momentos felices!) y que menos desarrollado tenemos…

Por eso es más que interesante la propuesta de La Abadía del Perfume. Nos acercamos a su local del céntrico barrio de Salamanca, en Madrid (existen otros establecimientos por España) para conocer qué es lo que proponen en el universo de los olores. El establecimiento es una mezcla de taller olfativo, museo y tienda. Museo por la enorme colección de frascos y etiquetas de época que adornan las paredes y estanterías. Y taller olfativo, quizás uno de sus apartados más interesantes, porque los que por allí se dejen caer podrán “diseñar” el perfume más acorde con sus gustos. Mucha gente se deja llevar por la publicidad de un perfume (más machacona ahora que en ninguna otra época del año) y acaba comprando uno que no les va en absoluto. Gran error.

Aquí se trata de todo lo contrario. El proceso es sencillo: lo primero, te preguntan por el perfume que llevas, lo que te sueles poner. En función de eso, te darán a oler distintas bases (una base está formada por distintas esencias). En mi caso me decanté por una compuesta de cassis, espino blanco, rosa, jazmín y opoponax.

Lo olerás en la tienda y te harán salir a la calle para que hagas lo mismo allí, y te lo garantizamos, las sensaciones olfativas de dentro y fuera son completamente diferentes. “Un perfume son tres fases: la salida, que es lo más fuerte y lo primero que te llega. El corazón, que tiene lugar cuando las esencias se mezclan y la última la pone la piel del usuario, que es la que manda al final en el perfume”, comenta Victoria Ayala, propietaria.

Tras olerlo, se prueba directamente en la piel, y también en este caso las sensaciones serán diferentes. Se puede ir añadiendo otras notas o no, en función de lo que tu nariz te mande. En una media hora, aunque no hay reglas, esto no son matemáticas, puedes haber escogido tu fragancia.

Una vez elegida, escoges el formato (30 ml, 50 y 100 ml, también, perfumes de bolso), lo personalizas y te llevarás un perfume que solo tendrás tú. Por un módico precio además: el de 30 ml cuesta 8,95 euros.