En junio, el Banco Etcheverría, ya controlado por el venezolano Banesco tras comprarlo a NCG Banco, adquirió 66 sucursales a la entidad que ha heredado el negocio financiero de las cajas gallegas. Los 300 empleados afectados por la operación tuvieron que aceptar una reducción del 12% en sus remuneraciones antes de integrarse en el Etcheverría, para adecuarse a las que tenían sus nuevos compañeros.

Los sindicatos presentes en el comité de empresa de NCG Banco asumen que, cuando se produzca la absorción de la entidad hasta ahora nacionalizada en el Etcheverría, los empleados tendrán que asumir un ajuste salarial similar. “Lo contrario sería discriminar a los compañeros de las sucursales vendidas al Etcheverría en junio”, razona un sindicalista.

José María Martínez, secretario general de Comfia-CCOO, recuerda que Banesco ha pagado por NCG Banco “más del doble que la siguiente oferta”. Y que lo que más preocupa al sindicato “es el empleo y la sostenibilidad de la entidad, que haya crédito y que el ahorro esté seguro”. Además, “preferimos que haya una entidad financiera más que una menos, porque cuantos menos bancos, más dificultades para la circulación del crédito”.

Martínez justifica la bajada del 12% en los sueldos de los empleados de las sucursales de NCG Banco vendidas al Etcheverría en junio: “Tenían que homologar sus condiciones salariales con las del banco comprador”. Y da a entender que ahora pasará lo mismo, “por mucho encaje de bolillos que se quieran hacer” con la absorción de NCG Banco en el Etcheverría.

El presidente de Banesco, Juan Carlos Escotet, ha reiterado «la intención» del Banco Etcheverría de mantener «el máximo empleo posible» tras la integración de NCG. Pero, frente a la petición de los sindicatos, ha dejado muy claro que no retirará el expediente de regulación de empleo (ERE) «voluntario» que inició el equipo gestor anterior. «Hay que continuar con lo que estableció Bruselas», argumenta.

«No hay que tener miedo» por el empleo en el nuevo Etcheverría. “En absoluto. Por el contrario, hay que tener mucha esperanza”. Es el mensaje de Escotet, que será vicepresidente del Etcheverría cuando se produzca la integración, a los sindicatos. Una vez  que el presidente del banco comprador, Javier Etcheverría, su consejero delegado, Francisco Botas, y el vicepresidente se reunieron con el actual equipo gestor de NCG, José María Castellano y César González-Bueno, los siguientes serán los representantes sindicales de la entidad.

Los representantes sindicales en NCG Banco creen que la bajada de sueldo puede facilitar que no haya reducción de plantilla, o que ésta sea reducida. La integración de los dos bancos va a ser rápida, porque ambos comparten servicios tecnológicos (los presta NCG al Etcheverría desde su compra por Banesco). Apenas existen duplicidades de sucursales: una treintena en Galicia, y menos de una decena en el resto de España.

Sí puede producirse algún ajuste en los servicios centrales, que pasarán a Betanzos (A Coruña), sede del Etcheverría, pero Escotet se ha comprometido a mantener subsede en A Coruña (de donde procede Caixa Galicia) y en Vigo (lugar de origen de Caixanova). Entre las tres suman 800 empleados.

 

Banco español en manos venezolanas

El presidente de Banesco y el equipo gestor del Etcheverría se esfuerzan en explicar a propios y extraños que la entidad resultante de la absorción de NCG es un banco español, cuyo principal accionista es una sociedad holding (controlada por Escotet) con sede en Madrid y que controla todas las entidades del grupo venezolano fuera de ese país. Por tanto, se rige por la legislación española, y los depósitos del nuevo Etcheverría cuentan con la protección del Fondo de Garantía. Una hipotética incautación de Banesco por el régimen de Nicolás Maduro afectaría exclusivamente al negocio en Venezuela, no al internacional, que incluye al Banco Etcheverría y NCG.

El presidente de NCG, José María Castellano, y el consejero delegado, César González-Bueno, ya han comunicado a los responsables del Etcheverría que abandonarán el grupo cuando se haga efectiva la toma del control de la entidad por el nuevo grupo. Castellano ha declinado la oferta de Escotet de ocupar un puesto en el consejo de administración del nuevo Etcheverría. Y se ha despedido de los representantes sindicales, asegurando que “acaba su tiempo aquí”, y que tiene “la edad de ir para casa y disfrutar”.

Castellano cierra, aparentemente, la puerta a seguir en la banca a través de Evo, la entidad creada junto a González-Bueno para separar la red de expansión de la existente en las áreas tradicionales de las antiguas cajas gallegas, y que se ha vendido, por imposición de Bruselas, al fondo Apollo. El consejero delegado de NCG sí parece dispuesto a continuar implicado, de alguna manera, en Evo, que ya se ha independizado totalmente de la entidad hasta ahora nacionalizada.