Madurez mental de la sociedad española ante la crisis

26/01/2011

Dr. Fernando Sanjuán.

Este es un momento de crudas realidades e incertidumbres que ni pueden ni deben soslayarse, ya que no sólo nuestro país sino a nivel mundial nos encontramos en las mismas circunstancias, en un laberinto de la más grave crisis económica y social, de toda la historia moderna, fundamentada, sin ningún género de dudas, en la pérdida de la ortodoxia moral y los valores familiares, para la que , de momento, ni hallamos ni proponemos soluciones ni caminos por donde conducirnos para salir de ella. Las expectativas normales de lo que es seguro y confiable se han desmoronado estrepitosamente.

La planificación para el futuro no debe basarse en hipótesis de lo que es firme y lo que es arriesgado como se ha hecho hasta el momento presente, precisa de un cambio radical a como se avino la satisfacción. La gente ahorrando se encuentra más satisfecha que gastando. Desconfían de las promesas del Gobierno porque les han defraudado y ahí están las encuestas de valoración de los ciudadanos para ponerlo de manifiesto. Muchos ciudadanos habían hecho las cosas bien y estaban siendo castigados, mientras que otros muchos se habían enriquecido deshonestamente y han quedado impunes.

Para generar confianza entre la población es imprescindible que nuestros políticos nos aporten y nos trasmitan la credibilidad perdida, y esto es un proceso complejo que cada pueblo y cada cultura tiene su propia manera de obtenerla de sus gobernantes. Las actitudes son contagiosas y una actitud negativa nos lleva al inmovilismo, a la pasividad, a una falta de creatividad, en la que la generación de ideas que aporten soluciones positivas, condicionan, por el contrario, reforzamientos negativos que impiden progresar emocionalmente en la búsqueda de soluciones.

Hay que crear, hay que ser imaginativo, para eso es necesaria la ilusión, hay que empezar a encontrar salidas y no resignarse con lo que tienes.Pensar en soluciones atraen soluciones, porque mentalmente se está relajado, seguro y clarividente y crean expectativas y entusiasmo. Los patrones de afrontamiento ante la adversidad están cambiando considerablemente en las sociedades desarrolladas, a base de un mejor conocimiento acerca de cómo vivir una vida física y emocionalmente sana.

Estos son los nuevos tiempos y requieren abordajes positivos con capacidad y proporcionalidad, asumiendo estados emocionales negativos y haciendo frente a los problemas y a los factores de stress con los que nos encontramos a diario. La sociedad española dió muestras de madurez ante la crisis del 92-93, superándola con sacrificio y determinación. La situación actual representa un problema social de mayor magnitud y complejidad que la de entonces, y es necesario, por tanto, modificar sustancialmente el pensamiento y la acción, con el fin de desarrollar y consolidar el cambio con efectos a largo plazo.

Sin temor a equivocarme, nuestros ciudadados estan dispuestos a cooperar y asumir el sufrimiento y la responsabilidad que les corresponde como expresión de entrega y de conducta social positiva, aunque teniendo en cuenta que las posturas absolutas y de inflexibles restricciones han sido cada vez mas desplazadas por las ideas relativistas de la moral basada en el estilo de vida. Esperemos que todo el mundo tenga la misma disposición y que se afane en conseguirlo.

Dr. Fernando Sanjuán
Dtor. de la Clínica San Vicente

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