Repsol reduce deuda en 2.400 millones tras vender los activos de GNL a Shell

02/01/2014

T. Juanes. La petrolera española buscará oportunidades en el área de exploración y producción de hidrocarburos, al tiempo que Gas Natural pierde relevancia estratégica

Repsol ha cerrado la venta de los activos internacionales de gas natural licuado (GNL) a Shell, además de su participación en Bahía Bizkaia Electricidad (BBE) a BP, operación con la que ha obtenido unos ingresos de 4.300 millones de dólares (3.126,6 millones de euros) y unas plusvalías de 2.900 millones de dólares (2.109,7 millones de euros). Con la compleja operación, que se cierra en el plazo previsto después de casi un año de trámites, el grupo que preside Antonio Brufau reduce deuda en 2.400 millones de dólares y sobrepasa los objetivos de desinversión del plan estratégico que estará vigente hasta 2016.

La venta de activos de Shell incluye las participaciones minoritarias que hasta ahota tenía Repsol en Atlantic LNG (Trinidad y Tobago), en Perú LNG y BBE, junto con los contratos de comercialización de GNL y de fletamento de los buques metaneros, con sus créditos y deuda vinculados.

La venta de estos activos, en la que se incluyen las participaciones minoritarias en Atlantic LNG (Trinidad y Tobago), Perú LNG y BBE, junto con los contratos de comercialización de GNL y de fletamento de los buques metaneros, con sus créditos y deuda vinculados, ha supuesto unos beneficios y plusvalías para Repsol de  aproximadamente 2.900 millones de dólares (2.109,7 millones de euros) después de impuestos, ligeramente por encima de las cifras adelantadas el pasado mes de febrero, cuando se anunció la operación de venta a Shell.

La petrolera española se ve obligada, como consecuencia de la transmisión de las citadas participaciones «y en aplicación de criterios de máxima prudencia financiera», a ajustar la valoración de los activos norteamericanos en sus libros con una provisión después de impuestos de acuerdo a la nueva normativa fiscal de 1.500 millones de  dólares (1.091,3 millones de euros). Las plusvalías pendientes se incorporarán entre los ejercicios de 2013 y 2014, de acuerdo con la fecha de transmisión de los activos incluidos en la transacción.

Hasta ahí los datos positivos y contables, pero esta transacción tiene otras consecuencias. Por un lado, Repsol abandona una parte de la cadena del negocio del gas que durante años ha sido una actividad considerada estratégica, por lo que otras participaciones relacionadas con ese hidrocarburo, como las acciones de Gas Natural, pierden relevancia y pasan a tener una categoría más cercana a la financiera.

Pero lo que puede ser más relevante es que, si bien Repsol cumple con algunas de las recomendaciones de los expertos, en especial lo referido a la deuda, puede que la pérdida de peso tampoco sea una fórmula sin contraindicaciones. Es un tema que, según los analistas que están en contacto con la dirección, el grupo petrolero lo tiene asumido. Sus preferencias se centren en crecer en el área de exploración y producción de hidrocarburos, en donde analizan oportunidades en área con seguridad jurídica.

Junto con la venta de activos, Repsol y Shell han formalizado un acuerdo por el que esta última suministrará gas natural licuado a la planta de regasificación de Repsol en el complejo Canaport (Canadá) durante los próximos 10 años, por un volumen total aproximado de un millón de toneladas.

 

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