El Popular acumula una subida del 23,15% en lo que va de año

08/01/2014

Miguel Ángel Valero. El banco vale ahora en Bolsa el 53,19% más que hace 12 meses.

En octubre de 2012, el Banco Popular parecía al borde del abismo. Desde luego la peor situación de la entidad desde que en marzo de 2006 el consejo de administración de la entidad nombraba a Ángel Ron, un directivo de 43 años formado en la casa y que fue en su momento el consejero delegado más joven de la banca española. Y eso que en octubre de 2011, el Popular y el Pastor se unían, sin ayudas públicas de por medio, bajo el lema “juntos para multiplicar”.

Pero las pruebas de resistencia y las polémicas conclusiones de la consultora Oliver Wyman colocaron al Popular al pie de los caballos, obligando a la entidad a modificar su plan de negocio, publicado el 6 de junio. Lo de menos era que Oliver Wyman no tuviera en cuenta la capacidad de generación de margen de explotación del Popular. Lo importante era que el mercado empezaba a tener dudas sobre la situación real del Popular, como de otros bancos ‘domésticos’ españoles, y sobre si sería capaz de mantenerse entre las entidades financieras más sólidas, rentables y eficientes de Europa.

La reacción del Popular ante esta situación fue fulminante: saneamientos de 9.300 millones de euros en 2012, sacrificando los beneficios y el dividendo; una ampliación de capital de 2.500 millones; y la creación de un ‘banco malo’ interno para la gestión de los activos problemáticos, entre otras medidas.

Pese a la desconfianza, el Popular cumplió sobradamente con el reto de la macroampliación de capital. Tampoco tuvo problemas para realizar emisiones en los mercados. Pero la acción del Popular, que estaba a 1,701 euros antes de la ampliación, llegó a bajar hasta 0,9243 euros.

De nuevo, respuesta del Popular: un contrasplit de una acción por cinco, para evitar el castigo que tienen las acciones que cotizan por debajo de un euro.

El plan de negocio revisado del banco se iba cumpliendo, con ventas de activos no estratégicos, siempre con plusvalías y generación de capital (al reducir el volumen de activos ponderados por riesgo). Los resultados iban corroborando la capacidad del Popular para, en momentos de crisis, mejorar el margen de explotación.

Tras la ampliación de capital, la gran sorpresa: otra operación para dar entrada a inversores mexicanos liderados por Antonio del Valle, que suponía además la adquisición de un banco especializado en pymes y particulares en ese país, el Bx+. El Popular, un banco ‘doméstico’ con presencia en Portugal y Miami (Estados Unidos), entra en México a un coste muy reducido, y al mismo tiempo internacionaliza aúnmás su nucleo duro accionarial.

Y el anuncio de la vuelta al dividendo, que era como certificar el fin de la travesía del desierto. Sobre todo para los accionistas particulares del banco.

El resultado es que el Popular acumula en Bolsa una subida del 23,15% en lo que va de año, colocándose en los 5,4 euros. Sobre los últimos 12 meses, la revalorización de los títulos del Popular es del 53,19%.

Acción barata

Pese a todo, “la acción está barata, muy barata, no refleja el verdadero valor del Popular”, argumenta uno de los accionistas del Popular que está incrementando su posición en la entidad.

Si todos los accionistas optan por el dividendo en dinero, y no en acciones, el Popular tendría que desembolsar un máximo de 70 millones de euros, cinco veces menos que lo que ingresa el banco tras la operación mexicana (450 millones de la ampliación menos 100 millones de la compra de BX+). Y el ‘payout’ sería del 15%, prácticamente la mitad que el tope recomendado por el Banco de España para el dividendo en efectivo pagado con cargo a los beneficios de 2013.

Esto significa que, si se mantiene esa limitación para el reparto de dividendos sobre los resultados de 2014, como pretende el Banco Central Europeo, el Banco Popular podría repartir sin problemas el doble que en 2013, elevando notablemente la rentabilidad de las acciones de la entidad.

El dividendo sobre los resultados de 2014 y los resultados de la prueba de resistencia a la que se someterá a la banca europea, y que se conocerán en septiembre, marcarán la evolución de la cotización del Popular. Y también los movimientos compradores de los accionistas relevantes del banco, como la Sindicatura (que controla el 9,54%), el grupo mexicano, con el 6%; el grupo asegurador alemán Allianz, que ha mejorado su visión sobre España y que tiene el 3,824%; el francés Crédit Mutuel, con el 4,374%, entre otros.

Referencia en pymes

Uno de los datos que más gusta a los accionistas, junto a la recuperación del dividendo, es que el Banco Popular ha revalidado su liderazgo en créditos ICO, con 3.085 millones de euros, lo que se traduce en una cuota del 22,2% (2,3 puntos más que en 2012), muy por encima de su dimensión. Ese liderazgo “demuestra su fortaleza como banco referente de pequeñas y medianas empresas, autónomos y emprendedores”, resaltan en el Popular.

El banco ha puesto 6.900 millones a disposición de las pymes este año, de los que se han dispuesto más de 5.500 millones. El Popular destina a pymes el 42% de todos sus créditos, el porcentaje más elevado de toda la banca española.

“Banco Popular presenta un modelo de negocio único y diferenciador centrado en la pyme, que le convierte en el banco con mayor especialización en este segmento empresarial”, insisten en la entidad.

A los accionistas del Popular les gusta ese liderazgo en líneas ICO fundamentalmente porque creen, como muchos analistas, que las pymes van a ser el motor de la recuperación económica en España. Y la especialización del Popular en este segmento se va a traducir en más clientes (83.000 pequeñas y medianas empresas captadas hasta septiembre) y volumen de negocio (9% de incremento en ese período). Por tanto, en más beneficios y en mayores dividendos.

Tras la compra del Pastor, los accionistas reclaman más movimientos del Popular en España. “El proceso de reestructuración del sistema financiero español no ha terminado, lo que va a permitir al Popular ganar cuota de mercado”, señalan en la entidad, donde reconocen el interés por crecer en zonas como la Comunidad de Madrid o Cataluña.

Además, la buena capitalización del Popular, tras las dos ampliaciones, y la mejora de la prima de riesgo y de la percepción de España y de su banca en los mercados, que garantizan la colocación de emisiones entre inversores institucionales, hacen que no haya problemas para financiar la creciente demanda de crédito solvente. Y la normalización de la situación reducirá el esfuerzo en provisiones.

Esto se traduce en mejores perspectivas de ingresos y de beneficios y, por tanto, de dividendo y de revalorización de la acción. La cotización del Popular no hace más que reflejar esas expectativas, que en octubre de 2012 eran ciertamente sombrías.

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