Pues sí, esta vez fue el jefe de la Fed, Ben Bernanke, el que echó un jarro de agua fría a un mercado americano que apuntaba maneras. Mantuvo los tipos de interés en mínimos históricos pero lanzó un mensaje claro: la botella está aún  medio vacía. Y el mercado reaccionó en consecuencia, con un recorte generalizado sobre las cotizaciones previas.

Afortunadamente, la cosa no llegó a mayores, salvo en el caso del Dow Jones, que lucha contra la barrera de los 12.000 puntos con ahínco, pero que no consigue cerrar por encima. En varios moment0s de la sesión la traspasó, pero de inmediato hubo vuelta atrás y al final lo dejó para mejor ocasión.

Mejor estuvieron el Nasdaq, que vuelve a apuntar hacia el Norte con decisión y el S&P-500. Se ve que esta vez ser grande fue un lastre, porque los índices de los más «pequeños» se comportaron bastante mejor. No obstante, destacar que al S&P-500 no se le vio convicción en ningún momento de querer atacar seriamente la barrera de los 1.300 puntos, lo que puede ser un síntoma de debilidad, de realismo o de prudencia, vaya usted a saber.

El caso es que mientras Bernanke no vea síntomas de una recuperación decidida del mercado de trabajo no va a dar su pesimista brazo a torcer. En cierto modo, el banquero de banqueros debe ser siempre pesimista y en eso el  hombre cumple con rigor y a plena satisfacción, aunque por otro lado vaya echando gasolina al mercado de valores con sus programas de recompra de bonos. Difícil equilibrio el que mantiene. Por un lado mima al mercado para que no se le caiga. Por otro, muestra una cara agria cuando se le dice que el mercado está dando por supuesta la recuperación.

Entre unas cosas y otras, tras un inicio eufórico la sesión cayo en una monotonía de las raras a la espera de las palabras del jefe de la Fed y solo al final volvió a haber movimiento. Siempre queda la duda de si las cosas hubieran sido de otra manera  si al menos este caballero hubiera puesto una sonrisa. Pero ese gesto no va en el sueldo del jefe de la Fed, así que al final los índices se lo toaron con cautela y cerraron en niveles de «ni fu ni fa». El Nasdaq subió un 0,75%, el S&P 500 un 0,42% y el Dow sólo un 0,07%. Como ven, solo el Nasdaq parece decidido a irse hacia arriba. El resto remolonean.