Antonio Huertas, presidente de Mapfre, ha puesto deberes en este inicio del año a toda la organización. Considera que el grupo tiene ya una “gran presencia” en Iberia (España y Portugal) y en América Latina, con “cuotas de mercado altísimas”. Pero reconoce que hay otras tres zonas “que son importantísimas y en las que hasta ahora no habíamos puesto el foco suficientemente”: Estados Unidos, Europa y Asia/Pacífico.

Huertas destaca que Estados Unidos es “el primer mercado del mundo”. El plan estratégico que Mapfre quiere desarrollar allí se basa “en el crecimiento y en la diversificación, tanto en productos, incrementando nuestra presencia en Empresas y en los seguros de Vida, como geográficamente, introduciéndonos en más Estados del país”.

Europa es “un mercado al que debemos dedicar más recursos en los próximos años”, subraya el presidente de Mapfre. Asia Pacífico “a día de hoy sólo representa el 1% de nuestros ingresos”. Pero Antonio Huertas recuerda que “ya contamos con casi 1.000 empleados, lo que supone una gran disponibilidad de recursos para desarrollarnos en la región”.

Oriente Medio y, “en menor medida”, África, son otros mercados internacionales a los que Mapfre pretende destinar más recursos.

El plan diseñado por Huertas contempla, “en un primer recorrido de cinco años”, que Mapfre pueda desarrollar su presencia en Centroeuropa, en algún otro país del Mediterráneo y en China.

En el país asiático, a través de Mapfre Asistencia, “estamos llevando a cabo ya importantes actividades de colaboración con otras compañías de seguros y distribuyendo nuestros productos a través de nuestra propia red”, precisa Huertas.

Huertas considera que en Asia “ya hemos dado los primeros pasos, con una incipiente actividad en Indonesia, el quinto mercado del mundo”. En esta nación, “esperamos que el grupo pueda tener un importante recorrido en un período de entre cinco y diez años”.

“Se trata de mercados emergentes, en los que se pueden conseguir volúmenes muy importantes en la medida en que el negocio asegurador vaya acompañando su evolución”, concluye Huertas.

 

De multinacional a global

Antonio Huertas defiende en una entrevista a la publicación interna “El Mundo de Mapfre” la reorganización que ha impuesto en el grupo, y que define como un cambio “transformacional de verdad”. La obsesión del presidente de Mapfre es “ir detectando oportunidades”. Pero también contar realmente con una organización “que esté mucho más orientada a la atención real de todos nuestros negocios en el mundo, y a tratar de equilibrar y compensar aún más nuestra diversificación geográfica y de productos”.

El presidente de Mapfre lanza dos claros mensajes internos. Uno: “No todo está inventado en seguros. Tenemos capacidad todavía de innovar, de crear nuevos productos a partir de las nuevas necesidades que esta crisis nos ha puesto en evidencia”.

Y dos: “Todavía hay áreas en el mundo que necesitan una mayor atención para poder aprovechar las oportunidades que en ellas se están presentando y que se verán claramente en los próximos años”.

“Por primera vez en Mapfre tenemos un mapa, hemos creado nuestra propia cosmovisión, que nos ayuda a entender el mundo desde la perspectiva del seguro”, argumenta Huertas. Ese mapa implica dar el salto de empresa multinacional, con presencia en 46 países, a global, “que permitirá un aprovechamiento homogéneo de todos nuestros recursos para que podamos utilizarlos allá donde se necesiten, independientemente de donde estén”.

Ese salto exige combinar “lo local, que nos dota de gran flexibilidad, con lo corporativo, que nos proporciona mejores herramientas, mejores prácticas, y nos aportará mayor solidez como grupo”. Huertas tiene muy en cuenta que en Mapfre “partimos de un modelo de actuación, con gran autonomía país a país, que nos proporciona mucha flexibilidad, algo que han perdido algunas organizaciones en sus procesos de globalización”.

 

Más que la compra de un producto

El presidente de Mapfre exige también a toda la organización “conseguir que el cliente entienda que su relación con la compañía es mucho más que la adquisición de un producto, que podemos cubrir perfectamente todas las necesidades que tiene y que va a ir desarrollando a lo largo de toda su vida, para él, para su empresa, para su entorno más valioso, en lo afectivo y en lo económico”.

Para lograr eso, Huertas insiste en que “debemos dar valor a esa relación, incrementando el contacto con el cliente en todo el proceso, que no esté en relación con la compañía sólo cuando se produce un siniestro, de forma que aprecie mejor todo lo que supone la vinculación a largo plazo con una compañía aseguradora”.