“Las obras en el Canal de Panamá continuarán. Sólo contemplamos el escenario del acuerdo”. Es el mensaje que el presidente de Sacyr, Manuel Manrique, lanza horas antes de coger de nuevo un avión hacia Panamá para acelerar las negociaciones con la Autoridad del Canal. En el consorcio “hay compañías de cuatro países distintos, con filosofías muy diferentes, pero, por encima de diferencias de opiniones, nos une el objetivo de terminar la obra”. “Tengo el firme apoyo del consejo de administración para que se terminen las obras. No duden sobre que Sacyr cumplirá sus compromisos”, subraya.

La ampliación del Canal de Panamá es “el mayor reto profesional al que se ha enfrentado Sacyr” y, al mismo tiempo, “un reconocimiento a la ingeniería española, un orgullo, una de nuestras mejores tarjetas de visita en el extranjero”.

El consorcio, que reclama 1.625 millones de dólares por sobrecostes no previstos (fundamentalmente por una falla de 2,5 kilómetros en el Pacífico), y la Autoridad del Canal de Panamá tratan de acercar posturas para facilitar financiación y que las obras continúen. “Se están explorando a la vez varios escenarios que mejoren la situación, minimicen el impacto, y proporcionen el ‘cash flow’ que necesitamos para terminar la obra”, enfatiza el presidente de Sacyr. “Las cosas van bien”, “se solucionarán todos los problemas rápido”, insiste Manrique, que no obstante reconoce que el preaviso sobre una suspensión de las obras, que vence el 21 de enero, “no se ha retirado”.

Uno de los escenarios en los que las dos partes están avanzando es que las reclamaciones de menor importe (la mayor parte de las 90 formuladas por el consorcio) se resuelvan directamente entre ellas, dejando las grandes (alguna, de 500 millones de dólares) a la Junta de Resolución de Conflictos (DAB) y al arbitraje internacional. De esta forma, las obras de la tercera esclusa del Canal recibirían una inyección de liquidez.

Manrique deja muy claro que las reclamaciones del consorcio son “justas, razonables y plenamente justificadas”, algunas ya están en el DAB y otras han iniciado el tortuoso camino del arbitraje”. Precisamente las negociaciones buscan acortar los tiempos de estos procesos, para que se resuelvan lo antes posible.

Manrique explica que hasta la fecha la falta de financiación “se ha podido ir salvando por anticipos de la Administración”, pero que la situación generada por los sobrecostes se ha hecho insalvable.

El presidente de Sacyr reitera que la oferta del consorcio no fue temeraria, que obtuvo la mejor puntuación técnica, y que “ningún grupo competidor recurrió la adjudicación”. La propuesta económica tenía una diferencia del 5,5%-6% respecto al presupuesto de la Administración panameña, un porcentaje quedaríamos por válido la mayor parte de las veces”.

Solidez

El otro gran mensaje de Manuel Manrique es que “Sacyr es solvente y sólido financieramente”. Aunque el conflicto por las obras del Canal de Panamá es “relevante” en el balance de la constructora, “no va a afectar financieramente”. “Nuestra situación financiera no se verá afectada”.

Tampoco cree que la situación creada en el Canal de Panamá vaya a afectar a otras obras de Sacyr: “No peligran otros contratos en América Latina”.