Precios y salarios no concluyeron el año con una sola foto fija. Su evolución, dependiendo de quien la haga, arroja resultados diversos. Mientras el Gobierno destaca que la baja inflación favorece a trabajadores y pensionistas hasta el punto de arrojar ganancias de poder adquisitivo; los sindicatos, en cambio, sostienen que el año ha concluido con un deterioro del poder de compra tanto de trabajadores, en el sector público y en el privado, como de parados y pensionistas.
El IPC de diciembre refleja un crecimiento de los precios del 0,3 por ciento en diciembre respecto al mismo mes del año anterior, una décima por encima de la tasa observada en noviembre.
En cambio, la visión varía cuando se mide la evolución de los precios de consumo en una media, mes a mes. Así, en media, los precios crecieron un 1,4 por ciento a lo largo de 2013. Una subida que mermó el poder de compra de las rentas del trabajo. Concretamente, en el sector privado, los salarios perdieron un 0,8 por ciento, si se toma como referencia el fruto de la negociación de convenios, que limitó la subida hasta noviembre al 0,6 por ciento, según la estadística de convenios que maneja el sindicato CCOO.
La erosión de la inflación sobre los salarios aumenta al cambiar uno de los términos de la comparación. Si se toma el salario medio efectivo por hora, que cayó un 0,7 por ciento hasta septiembre, la brecha por la cual se escapa el poder de compra de los empleados se amplía hasta el 2,1 por ciento.
Mientras, en el sector público los trabajadores han perdido un 1,4 por ciento de su poder de compra. En 2013, los salarios se congelaron. Y lo mismo sucederá en 2014. Así, pues, indica CCOO, los trabajadores públicos pueden acabar el período comprendido entre 2009 y 2014 con una rebaja del 14,6 por ciento de su poder de compra, si el Gobierno acierta en su previsión de inflación del 1,5 por ciento para 2014.
Otras comparaciones arrojan también un saldo negativo entre la revalorización de las rentas frente al desgaste ocasionado por la subida de los precios. Manteniendo la inflación media como base del cálculo, el salario mínimo interprofesional (SMI) perdió un 0,8 por ciento de poder adquisitivo en 2013. El próximo año el Gobierno ha congelado esta renta con lo cual el SMI acumulará una devaluación del 6,6 por ciento desde el año 2009.
También el IPREM, el indicador de rentas múltiple, ha recortado su valor real un 8,8 por ciento desde 2009, lo que desinfla el poder adquisitivo de los subsidios por desempleo. Ademas, a causa de la duración de la crisis, gana peso cada mes el cobro de subsidios -de menor importe- frente al de prestaciones. Sin olvidar que, con los datos de noviembre, la caída de la cobertura ha caído desde el 78,4 por ciento en 2010 al 61,4 por ciento.
En cuanto a los pensionistas, las pensiones acumularán una pérdida de poder de compra del 2,4 por ciento entre 2012 y 2014, según calculan desde el sindicato, que se distribuye de la siguiente manera: 2012 (-1,4 por ciento), 2013 (0,3 por ciento) y 2014 (-1,25 ciento).
Los sindicatos piden que acabe la devaluación salarial
El Gobierno en cambio se aferra al dato de inflación interanual. Fuentes del ministerio de Economía destacan que las expectativas de inflación se mantienen “bajas” para los próximos meses. Resaltan además que estas predicciones quedan por debajo de las de los socios europeos lo que supone una ganancia de competitividad para las empresas españolas, que beneficiará a las exportaciones.
Desde el ministerio resaltan que la baja inflación favorecerá el poder adquisitivo de salarios y pensiones, y de rebote al consumo. “Se trata de un dato positivo que refleja la corrección de un desequilibrio tradicional de la economía española”, destacan. Y eso facilitará la recuperación de la actividad económica y del empleo.
De forma muy distinta lo ven los sindicatos. Para CCOO, la reforma laboral y el recorte del Estado del Bienestar son los culpables del “aumento de la desigualdad” social en España, al cargar el ajuste sobre los hombros de las familias y los más débiles. Y retrasa la salida de la crisis.
“El modelo de salida de la crisis pregonado por el Gobierno no tiene recorrido”, afirman desde CCOO. “No es posible que la economía española se recupere apoyándose exclusivamente en el sector exterior”, denuncian.
Por el contrario, tanto CCOO, como UGT, proponen recuperar la demanda interna. Con ello se lograría vadear la prevista fase de estancamiento o de crecimiento débil. “Debe ponerse fin a la devaluación salarial”, piden. “Abrir paso a un crecimiento real de los salarios que cambie las expectativas de las familias y reactive el consumo”.
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