Me gusta mucho escribir sobre pymes, primero, por salir del laberinto de “todo va mal” que inunda los medios de comunicación en los últimos años. Y segundo, porque es una forma de dar a conocer el talento de este país, que es mucho. Pero cuando además la pyme en cuestión lleva años funcionando, dedicándose a algo que casi es un oficio en extinción, pues el gusto es aún mayor…

Es el caso de la empresa que hoy nos atañe, La Alpurrajeña. En la zona de La Alpujarra ha habido una gran tradición artesana en la elaboración de alfombras, tradición que se hereda de los árabes. A principios del siglo XX había muchos telares artesanos en el barrio ganadito del Albaycín y en 1918 un pintor de la localidad reunió varios, fundando así La Alpujarreña, que hoy en día se encuentra en La Zubia, cerca de la capital.

Actualmente trabajan 25 artesanos en la empresa, que realizan todo el proceso de confección de una alfombra: diseño de los bocetos y cartones, selección de los colores, dibujo sobre telares, bobinado de lanas, montaje de telares, anudado… ¿Cuánto se tarda en acabar una pieza? “Depende del tamaño y complejidad del dibujo”, explica Félix Losada, dueño y director gerente. Su última creación, la alfombra del hall del Hotel Ritz en Madrid, se ha fabricado en cuatro meses y en ella han participado 30 personas. Esta alfombra se colocó el pasado 20 de enero en el hotel y se trata de una pieza de estilo Neoclásico de 300 metros cuadrados, realizada en pura lana virgen. Y es que la empresa cuenta con clientes muy selectos y ha creado alfombras para multitud de establecimientos: Palace, Hilton, Melía, Paradores, Teatro Real, Ministerios, Embajadas, Congreso de los Diputados… la lista es muy extensa.

Curiosamente, y a pesar de que sus creaciones están repartidas por toda la geografía española, la compañía ha sido siempre una empresa exportadora. “Ya en el año 1926 participamos en una feria en Philadelfia, actualmente exportamos a 20 países, principalmente europeos, aunque también lo hacemos a China o Estados Unidos”, añade.

Su materia prima viene de diferentes latitudes. Por ejemplo, la lana se compra en España, Inglaterra, Australia y Nueva Zelanda.