Cinco horas para iniciarse en el mundo de la opera es una prueba de fuego para cualquiera, pero si es con gusto o con vocación de servicio por acompañar al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se dan por bien empleadas y también, por supuesto porque Tristán e Isolda y las proyecciones de Viola, lo merecen.
Los hechos sucedieron ayer en la tarde noche del jueves, Letizia Ortiz, vestida con total look de traje de chaqueta negro y Felipe de Borbón, también con traje, acompañaban a Durao Barroso, que por la mañana había recogido en el Monasterio de Yuste de Cáceres su premio Carlos V, y a su esposa, a la representacion de la opera Tristán e Isolda en el teatro Real de Madrid.
Sentados los dos matrimonios, en el palco real, habitualmente vacio, presenciaron las casi cinco horas de representacion operistica y todo hay que decirlo, por el pasillo, que sube a la primera planta donde se ubica el palco real, los ilustres asistentes recibieron timidas ovaciones. No hubo selfies,pero si algún teléfono móvil inmortalizando estos momentos.
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