Dos horas. Es lo que ha durado la reunión entre los representantes sindicales de los trabajadores de NCG Banco y los nuevos propietarios de la entidad fruto de la fusión de las cajas de ahorro gallegas, el Banco Etcheverría, controlado por el venezolano Banesco. El presidente de Banesco, Juan Carlos Escotet; el del Banco Etcheverría, Javier Etcheverría, y el consejero delegado, Francisco Botas, se sentaron con los representantes de CCOO, Csica, UGT, CIG, ASCA y CGT, en un encuentro que ambas partes calificaron de «muy cordial».

Los sindicatos aplauden que la reunión se produjera «inmediatamente después” de que los nuevos propietarios tuviesen sus primeras entrevistas con los responsables de la red comercial y de las principales áreas de decisión de NCG.

Pero llama la atención que el encuentro se ha producido al día siguiente de la sustitución de todo el consejo de administración de NCG y el nombramiento del Frob como administrador hasta que no se haga efectiva la venta de la entidad al Banco Etcheverría.

Los nuevos dueños de NCG han reiterado el compromiso de mantener la gestión, la sede y la obra social en Galicia, así como el empleo. Han trasladado a los representantes sindicales su voluntad de poner en marcha una política laboral que «garantice, a través de la rentabilidad y la eficiencia, el principal objetivo del banco gallego en esta nueva etapa: impulsar el desarrollo socioeconómico de Galicia mediante la concesión de crédito». También insisten en el objetivo de dar financiación a familias y pymes por un importe de 9.000 millones de euros.

Ante estos compromisos, los sindicatos han propuesto que se aplace el expediente de regulación de empleo (ERE). Los nuevos propietarios estudiarán “esa posibilidad”, pero precisan que «hay que negociar la modificación de la hoja de ruta con Bruselas»,