Pan: de aceite, con pasas, con nueces, de espelta, integral con semillas. Si durante un tiempo el pan era una cosa insulsa en nuestro país, ya ha dejado de serlo. Aparte de que la oferta ha mejorado, en cuanto a panaderías se refiere, existe un furor de hacerse el pan uno mismo, en horno o panificadora. Y para nutrir a todos esos forofos de pan casero surgió El Amasadero: se trata de una tienda online de ingredientes y utensilios de panadería. Localizada en Alhaurín el Grande, Málaga, la empresa vio la luz en 2009 y detrás de ella está Andrés Bonilla, que tras realizar estudios en otra ciudad y empezar a trabajar, le tocó volver a Málaga y “replantearse su futuro”. “Estaba en paro y dedicaba mucho tiempo a la afición de hacer pan en casa, así que poco a poco me fui planteando el negocio. Conocí unos molinos a 8 kilómetros de mi pueblo, con unas harinas espectaculares, y me dije que si las hacíamos llegar al cliente, saltándonos a intermediarios, ganaríamos todos”, comenta Bonilla.

Dicho y hecho: harinas, semillas, panificadoras, piedras para hornos.. Empezó con unas 9 referencias y actualmente tiene más de cien. “Lo que más se vende son las harinas, prácticamente todas nacionales, los bennetons y las piedras para horno”, comenta. La empresa da trabajo actualmente a tres personas, más otras tres freelance.

Andrés Bonilla

Dice no saber a qué se debe el furor de hacer pan en casa, o vino o cerveza, añade. “Mucho de lo que comprábamos era muy corriente, nada especial. El hacerlo en casa supone que tienes el control, que haces algo “primitivo” en casa y eso está muy bien”.

De momento, venden en toda España pero no han salido del país: “Es un producto pesado y las compañías de transporte tienen tarifas muy elevadas”.

Andrés cuenta que para montar la empresa acudió a una subvención de unos fondos europeos. Se la concedieron, aunque él tenía que adelantar el dinero. Así lo hizo. Lo curioso es que la subvención nunca llegó: “Cuando empezamos a funcionar pensaba, cuando llegue ese dinero me vendrá muy bien para diversificar y crecer. Pero el dinero nunca llegó. Nos toman por tontos. Hay que ser más serios: conozco a muchas personas que se lanzan a emprender con dinero propio y mucho esfuerzo, y no facilitan nada las cosas”, se queja este emprendedor.