Con la devaluación de anoche, el peso argentino se encuentra un 23% por debajo de su valor de hace un mes y los expertos consideran que aún puede bajar más. La razón de este pronóstico es la fragilidad de las reservas de divisas argentinas, muy mermadas por la sistemática política de venta de dólares para mantener artificialmente la cotización del peso argentino.
Por eso, ante la no intervención de las autoridades para contener la hemorragia, el desplome del peso argentino fue el mayor en una jornada desde que abandonara la política de paridad con el dólar y viviera la crisis que llevó a la instauración del denostado ‘corralito’. Ha sido la peor sesión para el peso desde marzo de 2002
La inestabilidad en el mercado de cambios llevó al inmediato contagio de otras divisas de mercados emergentes, especialmente el peso mexicano y sobre todo la lira turca, así como la decisión política de las autoridades monetarias australianas de hacer cuanto esté en sus manos para propiciar una mayor debilidad del dólar australiano.
En un análisis de urgencia, algunos analistas han subrayado que, al margen de la peculiar situación de Argentina y del creciente temor a que vuelva a producirse un impago en su deuda, se da la circunstancia de que se está produciendo una auténtica carrera entre los distintos bancos centrales por conseguir la mayor debilidad posible para su moneda, imitando la tradicional política japonesa.
La debilidad de la moneda facilita las exportaciones y en momentos de crisis y debilidad del mercado interno es un arma de considerable eficacia para colocar el ‘excedente’ de la industria nacional fuera de sus mercados domésticos. La Reserva Federal estadounidense fue la primera en promover un dólar debilitado para facilitar la salida de la crisis y lo hizo hundiendo los tipos de interés e inundando el mercado de dólares con sus estímulos, pero ahora que se drenan los estímulos el dólar tendrá una fuerte tendencia al alza y eso va a promover inestabilidad en los mercados monetarios, en especial en las monedas de mercados emergentes cuyos tipos de cambio están «cogidos con alfileres».
El primer aldabonazo se ha producido anoche y los damnificados han sido el peso argentino y la lira turca, pero el efecto colateral más importante es el ataque inmisericorde de los inversores a las empresas con intereses en argentina, dejando al Ibex a los pies de los caballos. Telefónica, Santander, BBVA, Dia, Mapfre y otras empresas españolas están viviendo una oleada masiva de ventas que ha llevado al selectivo español a rozar a primera hora de la mañana una caída del 2%.
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