The Fighter es la última película de  David O. Russell; un drama basado en el boxeador «Irish» Mickey Ward (Mark Wahlberg), considerado todo un gladiador de los junior welter y su trayectoria inverosímil para proclamarse campeón del mundo de los pesos ligeros.

La película no consigue “enganchar” desde el principio. Los tráilers, los previos y sus siete nominaciones a los Oscar provocan una falsa ilusión de estar frente a una obra maestra; ilusión que se va desvaneciendo conforme se desarrolla el drama, y no pasa nada nuevo que no haya pasado ya en los millones de películas sobre Boxeo, y sobre “don nadies” americanos que consiguen su sueño a base de esfuerzo.

No se podría afirmar que es una mala película, una correcta dirección, un guión cuidado y un Christian Bale que, pese a su falta de peso, se sale de la pantalla en cada aparición, eclipsando a un mediocre Mark Wahlberg, ayudan bastante; pero no es suficiente. De películas sobre esfuerzo personal están las sobremesas televisivas llenas.

El principal problema es que no consigue ese equilibrio entre el deporte y el drama personal de los protagonistas, sin terminar de centrarse en uno de los dos, el film al final se queda cojo. Uno se pasa la película esperando que llegue ese “algo” que la haga especial, pero nunca llega, y termina la historia dejando una sensación de hambre cinematográfico, de ansia de historia y por qué no decirlo, de ganas de más acción.