La banca acreedora quiere controlar la gestión y desinversiones de Pescanova

04/02/2014

Tania Juanes. El modelo Metrovacesa cuenta con muchas posibilidades de repetirse en Pescanova. Los bancos prefieren hacerse con la mayoría de capital a ceder la empresa a fondos buitre, mientras que Carceller deberá revisar su oferta

Cuando quedan cuatro semanas escasas para que se cumpla el plazo dado por el Juzgado de lo Mercantil de Pontevedra para que se presenten las propuestas para sacar a Pescanova del concurso de acreedores, la banca perfila un nuevo plan en el contexto de las negociaciones que mantiene con los actuales accionistas de la pesquera. Un plan que tiene como objetivo reducir la quita de un agujero que supera los 3.600 millones de euros a un porcentaje cercano al 60%, a través de un mayor peso de la capitalización de la deuda respecto a la propuesta de los principales accionistas de la empresa, que están liderados por el grupo Damm (de la familia Carceller), los fondos Luxempart y KKR.

Los bancos acreedores tampoco parecen estar dispuestos a ceder la gestión de la compañía sin más garantías o contrapartidas, con el argumento de que ellos son los más implicados en la situación de Pescanova. También quieren garantizarse para aceptar un convenio de acreedores que la empresa, si bien tendrá que vender activos, cuente en el futuro con un perímetro suficiente para generar un Ebitda (resultado bruto de explotación) que permita hacer frente a los compromisos financieros.

Esta condición de los integrantes del antiguo steering committe (Sabadell, Popular, Bankia, NCG, CaixaBank, Santander y BBVA deja en principio con pocas posibilidades de éxito a la oferta que ultiman los fondos buitre Centerbridge y BlueCrest, dado que por las características de estas entidades su interés se centra en lograr beneficios a corto plazo. En su primer plan dejan la quita de la deuda en el 80%, con una inyección de dinero hasta 300 millones de euros.

Y ¿qué pasa con la mejora de la propuesta de Carceller? Según los mismos medios, la mejora respecto al plan inicial, que supone que la banca se quede con otro 10% de Pescanova y dejar la quita en el 80%, aún no se ha presentado oficialmente. Con todo, sí se ha expuesto verbalmente, con lo cual es conocida, pero calificada de no suficiente. Y, si bien se reconoce que el plan de Damm es más sólido y podría producir sinergias por sus intereses y la su socio alemán en el sector de la alimentación, esta última circunstancia conlleva riesgos de troceamiento del grupo gallego. No obstante en el convenio de acreedores se incluirá que cualquier cambio relevante tendrá que ser aprobado por los bancos.

En este complejo panorama la empresa, bajo la tutela de administrador concursal, funciona razonablemente bien, pero los plazos se agotan. Según comunicó Pescanova a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el plazo límite para la presentación de propuestas terminará el viernes 28 de febrero de 2014, y se admitirán los escritos presentados con ese fin hasta las 15:00 horas del 3 de marzo.

Después los acreedores deberán votar si se adhieren o no, y para que salga que sí deberán el visto bueno los representantes de más del 50% de la deuda. Si se acepta un convenio, los pasos siguientes serán la convocatoria de una junta y la constitución del nuevo accionariado y de la nueva dirección. En caso contrario, el administrador Deloitte emprenderá su liquidación.

 

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