Seguro que alguna vez las ha comido. O regalado. Nos referimos a las Violetas, esos caramelos deliciosos que parecen sacados de un catálogo de antaño… No es de extrañar, porque sus orígenes se remontan a 1915. ¿Creía que ya no se fabricaban? Pues se equivoca, Mónica de Prado sigue al frente de la compañía que fundaron sus abuelos, Mariano Gil y Pilar Temiño. La empresa, localizada en Madrid, sigue en manos de la familia y sigue produciendo esos riquísimos caramelos, respetando la receta original.

Y no solo se venden en España, sino que también conquistan paladares en el extranjero: “Tienen mucho éxito en Estados Unidos, también vendemos a Japón, Australia, Rusia, Francia, Italia, México…”, comenta de Prado. ¿Cómo se fabrican? “Se utiliza azúcar y glucosa, mezclado con agua. A esto se le añade la esencia de violenta, los colorantes y nuestro toque personal”, añade. ¿Por qué cree que se siguen vendiendo? “Creo que por su sabor, por la presentación y porque recuerdan a la familia. Es un recuerdo que tienen muchas personas, de sus padres o abuelos, del regalo que recibían cuando venían a Madrid”, dice. Entre sus clientes actuales hay muchos personajes conocidos, como Luis Merlo, Ana Belén, Loles León, Emma Ozores, pero sin duda, la marca es rica en anécdotas históricas. Por ejemplo, ¿sabía usted que Alfonso XIII se las regalaba a su amante, Carmen Moragas, y también a la Reina? También, la empresa las enviaba al Rey cuando residía en Estorial y así mismo hacían envíos de huevos de chocolate, en Pascua, por mediación del Marqués de Mondejar. “Don Jacinto Benavente, que residía en la calle Atocha, pasaba por La Violeta todas las mañanas a comprar una caja y después se iba al café El Gato Negro, en la calle Príncipe, donde escribía sus comedias”, nos cuenta de Prado.

Como vemos, una marca que atesora historia, anécdotas y sobre todo, mucho mucho azúcar.