El proceso de fusiones de las empresas de telecomunicaciones en España, al igual que ocurre en casi todos los países de Europa, va a cambiar sustancialmente el mapa del sector: la reducción de márgenes por la competencia, que ha obligado a bajar los precios, y la necesidad de invertir en redes y otras infraestructuras están promoviendo estas concentraciones. Un panorama que, según fuentes empresariales, obliga a hacerse más fuertes en cada mercado para poder seguir destinando parte de los ingresos a la continuo reto tecnológico.

El panorama apunta ahora a la adquisición de Ono por la británica Vodafone y la de Jazztel por la francesa Orange, quedando como independiente Yooigo y con Telefónica como líder. Quedarán también, en principio, las empresas regionales que surgieron con la burbuja del cable.

Pero habrá más consecuencias: Telefónica tiene capacidad para rescindir su acuerdo con la operadora de Leopoldo Fernández-Pujals si ésta es adquirida por una empresa, lógicamente multinacional, que sería competencia de Telefónica. Pero siempre que la compra se produzca en el fase de desarrollo de las redes. El acuerdo entre la compañía que preside César Alierta y Jazztel, que fue cuestionado por otras compañías que operan en el mercado español, quedó en principio abierto a otras sociedades.

Ambas compañías firmaron un acuerdo en 2010 en el ámbito del acceso a las llamadas infraestructuras verticales en edificios para el despliegue conjunto de redes de fibra óptica hasta el hogar (FTTH). Y entonces explicaron que el pacto suponía el inicio del despliegue de redes de fibra óptica para Jazztel, mediante la coinversión en los tramos verticales con Telefónica. A su vez, la mencionada alianza tiene como objetivo fijar las condiciones para desplegar y acceder, recíprocamente, a las infraestructuras verticales.

El alcance del acuerdo es para tres millones de unidades inmobiliarias (domicilios y empresas) y consiste en la construcción de redes nuevas y en el acceso a infraestructuras de fibra ya existentes. De esa cifra, cerca de 1,5 millones corresponden a la infraestructura ya realizada por Telefónica en los principales núcleos urbanos, básicamente en Madrid y Barcelona, mientras que la otra mitad sería el despliegue de nueva fibra de Jazztel en las principales ciudades españolas, que deberá estar concluido en el primer semestre de 2015.

Una cooperación que podría ampliarse en caso que Jazztel, que también se rumoreó que podría quedar en la órbita de Telefónica, no sea controlada por una empresa que sea vetada.

Por otro lado, como ha señalado el pasado jueves, 6 de febrero, el directivo de Vodafone, Vittorio Colao, la adquisición de Ono se argumentaría en la estrategia de Vodafone de unir servicio de móviles con el de telefonía fija e Internet. Desarrollo que se puede materializar mediante fusiones o, a través, de la construcción de redes. Vodafone ceunta con una fuerte liquidez tras vender en la estadounidense Verizon Wireless por 130.000 millones de dólares.