El tiempo para que Grupo Unidos por el Canal (GUPC) y los gestores de Canal de Panamá para continuar la ampliación de esta infraestructura alcancen un acuerdo después de las diversas rupturas se agota. Y mientras el consorcio empresarial que lidera Sacyr busca vías para retomar la vía del diálogo, el administrador de la infraestructura marítima no descarta esa solución y analiza con su equipo legal la posibilidad de rescindir el contrato «por cese de actividad».

Fuentes consultadas señalan que la Autoridad de Canal de Panamá (ACP) sopesa esa salida, si bien los innumerables batallas legales que conlleva la rescisión es uno de los obstáculos. También incluiría otro problema: el grupo europeo puede reclamar que se respete la tecnología que ha aportado a la construcción de la tercera escusa del canal en una obra que está ya desarrollada a más del 70%, Al tiempo la sustitución sería más cara que aceptar la aportación de liquidez al consorcio europeo.

Las empresas que pueden estar interesadas en sustituir a Sacyr, incluida la de la estadounidense Bechtel, presentaron el concurso ofertas más elevadas que las de GUPC,  lo que equivaldría en parte a la aceptación del desvío de 1.600 millones de dólares reclamados. Y con problemas añadidos de retraso en una obra que interesa tanto a Panamá, que puede ver multiplicado por cuatro sus ingresos, como a Estados Unidos que necesita ampliar la capacidad para el comercio del canal. Un dilema, por tanto, para el gigante americano.

En el ámbito político del país centroamericano la polémica se repite. Por más en que en ese escenario se apele básicamente al nacionalismo contra los calificados, en ocasiones, neocolonialistas o ‘piratas europeos’, la alternativa -la estadounidense Bechtel es la que cuenta con más posibilidades- no parece que cuadre con ese sentimiento en una nación como la panameña que ha forjado gran parte de ese sentimiento en el recelo al ‘vecino del Norte’.

Lo que puede perjudicar al GUPC es el temor de los trabajadores que han visto como quedan paralizadas las obras, tema ya reconocido oficialmente, y que pueden verse mezclados en una maraña de enredos jurídicos. La mediación de Gobiernos y otras instituciones, como las comunitarias, podría desbloquear esta crisis.

Por su parte, Sacyr, la italiana Impregilo, la belga Jan del Nul y la panameña Cusa han reiterado que se esforzarán «para encontrar una solución», tema que ha reiterado a la Autoridad del Canal de Panamá y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).