Empecemos por la figura de potencia y fuerza dejada por el Nasdaq 100 en la confirmación del nuevo máximo relativo:

Una envolvente alcista en toda regla, lo que según los seguidores de los patrones de velas garantizaría bajo determinadas circunstancias una evolución al alza en el corto plazo. La cosa se pone interesante.

Pero es que la subida de hoy ha dejado a alguno de los índices ‘rezagados’ muy cerca de sus respectivos máximos relativos y al Nasdaq Composite, muy particularmente, en una situación técnica realmente interesante. Veamos por qué:

En este gráfico de larguísimo plazo podemos ver que el Nasdaq Composite transita en estos momentos por la zona definida como resistencia en el año 2000. Muchos autores dan poca fiabilidad a este tipo de resistencias pasados tantos años, pero veamos el gráfico de corto plazo y veamos qué ha pasado con esta hasta ahora:

 

¡Vaya, hombre! Pues parece que al primer intento la resistencia se mostró como tal en toda su intensidad. ¿La tenemos en cuenta o no? En realidad da igual. Con tener presente que ahí puede haber un escollo y adaptar nuestra operativa a esta circunstancia nos valdría.

Si lo que quiere es recoger beneficios, ajuste stops por si hubiera un nuevo retroceso y si va a más largo plazo y cree que al final seguirá al alza, mantenga los stops con un poco de ‘aire’ para evitar que un rebote contra la resistencia le pueda volar sus posiciones.

Esta es la situación tras la jornada de hoy, caracterizada por una apertura con hueco a la baja que fue respondida desde el comienzo por los operadores como una oportunidad de compra, lo que propició una recuperación fulgurante y el cierre en máximos del día, que ya saben que siempre asimilo a una buena noticia para los alcistas.

Al cierre, el Dow Jones avanzó un 0,40%, el S&P 500 un 0,58% y el Nasdaq Composite un 0,94%. La clave está en el Nasdaq, pero vendría muy bien una reacción por parte del Dow Jones, que parece estar adormecido.