Posiblemente nadie ajeno al mundo del dibujo sepa en España quién es Jacopo Carucci (1494-1557). Seguramente a alguno más, no muchos desgraciadamente, le resulte conocido el nombre de Pontormo. Pero el 520 aniversario del nacimiento del dibujante florentino trae la novedad de la primera exposición de su obra en España (en la Sala Recoletos de la Fundación Mapfre de Madrid, hasta el 11 de mayo), con 60 trabajos del artista preferido de los Médicis, reforzados con una decena de obras de Durero, Tiepolo, Di Credi o Pousin. Y la indudable atracción del “Diario”, que se muestra por primera vez fuera de Italia, y en el que al final de su vida el artista, a través de pequeños dibujos  y esbozos, expone sus obsesiones.

Allí, como en toda su obra, Pontormo revela su alma torturada, su personalidad obsesiva, ciclotímica y neurótica, y su aura de artista maldito. Es posiblemente uno de los artistas más extraordinarios y extravagantes que han pasado por el mundo.

Pontormo se formó con Leonardo da Vinci, quien le descubre el dibujo como ejercicio de libertad creativa. Luego, con Di Cosimo, que le aporta imaginación y fantasía. Conoce los trabajos de Durero, cuya influencia es perceptible en “La Crucifixión”. Andrea del Sarto, con quien comparte sus primeros encargos públicos de relevancia, es quien más influye en su obra. Y en sus últimos trabajos, para la iglesia de San Lorenzo, se nota la sombra de Miguel Ángel.

La exposición recorre las obras de aprendizaje en Poggio a Caienao (1519-21) hasta su obra maestra en la iglesia florentina de San Lorenzo (1545-1556), en las que llama la atención como Pontormo busca posiciones simbólicas que refuercen la reflexión sobre la fe.

Pontormo hace versiones diferentes de la misma historia y, además, las trata como composiciones aisladas. De esta forma, el dibujo es la expresión de la evolución de la espiritualidad del artista, de su permanente búsqueda de Dios y de la angustia y la insatisfacción que ésta provoca siempre. Lo mismo que el miedo a la muerte, tan presente en su Diario.

También en Florencia

Hasta el 20 de julio, el Palazzo Strozzi de Florencia celebra la exposición “Pontormo y Rosso Fiorentino. Rumbos divergentes del Manienismo”. La muestra une a los artistas más anticonformistas y audaces del Cinquecento italiano. Formados en el taller de Andrea del Sarto, lograron siempre mantener una indómita independencia expresiva.

Hay unas 50 pinturas de los dos artistas, que representan el 70% de la producción de éstos, además de dibujos, tapices y grabados. Acompañados por tablas de sus maestros, Del Sarto y fray Bartolomeo.