El grupo que preside Galán invertirá 9.600 millones de euros entre 2014 y 2016, con el objetivo puesto en crecer en sus mercados estratégicos, entre los que no tiene un lugar destacado España. Por el contrario sí lo son Estados Unidos, Reino Unido y México. Casi el 41% del total irá a Gran Bretaña, un 23% al país azteca y el 17% a Estados Unidos. Por áreas, la mayor parte de las inversiones se destinarán al negocio de redes, seguido de energías renovables y a generación. Actividades que cuentan con regulación y capacidad de crecimiento.

Si esa es una de los parámetros de su plan estratégico, otro es la reducción de deuda. La empresa prevé reducirla en 1.800 millones de euros hasta los 25.000 millones, y dejar el ratio de apalancamiento en el 40%. Y prevé una evolución al alza del Ebitda y del beneficio neto de más del 4% en le periodo, con un pay-out entre el 65% y el 75%.

En definitiva Iberdrola se focaliza hacia  países con regulación estable y predecible, requisitos que parece no cumplir España, una cuestión que ya se muestra en los resultados de 2013. En el último ejercicio Iberdrola ha reducido su beneficio un 7% hasta los 2.572 millones de euros, «debido a las modificaciones regulatorias y fiscales llevadas a cabo en España». Este último factor creció un 99% hasta los 1.044 millones.

Con todo el grupo afirma que su balance es sólido, con una reducción de la deuda en 2.250 millones, que ha quedado en 26.482 millones. La liquidez se eleva a 10.800 millones