Le sonarán seguramente por haberlas visto en su ciudad: centros académicos que tradicionalmente estuvieron ligados a la preparación de oposiciones. Lo que pasa que, con la crisis y los recortes en los puestos públicos, las oposiciones cada vez son menos y las academias Adams tuvieron que reinventarse. Ya se sabe: en los negocios como en todo, reinventarse o morir. Y así fue como diversificaron su actividad: de clases presenciales, a un campus virtual y una gran oferta de cursos on line. Ahora también, apps relacionadas con la formación, ebooks, agencia de colocación.. “Hemos hecho una gran inversión en digitalización de contenidos”, comenta Jesús Pérez, Director General.

Pero hagamos un viaje en el tiempo: la historia de estas academias se inicia en un pequeño pueblo de Soria, Calatañazor, donde Jesús Pérez junto con Olvido Ruiz, fundadores de la empresa, vivían y trabajaban. Jesús era secretario del ayuntamiento de la localidad y junto con su esposa, empezó a editar legislación comentada con diferentes supuestos que iba dirigida a funcionarios, mayoritariamente, otros secretarios de ayuntamientos. Ése fue el inicio de la actividad: “La redactaban, editaban y enviaban por correo”, comenta Jesús.

Por aquel entonces, alguien animó al fundador a abrir una academia de formación. La idea cuajó y la familia se mudó a Madrid, donde abrieron su primer centro, en el año 1960. Hoy, la empresa, que está en manos de los hijos de los fundadores, está presente en 9 ciudades en España, tiene una oficina en México y emplea a casi 200 personas.

Adams es sobre todo conocida por la formación en oposiciones pero su actividad hoy en día ha variado notablemente: “Una de las áreas más demandadas es la formación con todo lo relacionado con web 2.0: diseño web, redes sociales.. También los idiomas, con el inglés en cabeza, las habilidades personales”, añade.

El 47% de su facturación se corresponde con la formación para el empleo. La compañía tiene entre sus clientes a Administraciones Públicas y también a firmas de la talla de Ermenegildo Zegna, Ernst & Young, Media Markt, Mango, Mapfre, etc. En 2012 formaron a más de 52.000 alumnos.

Además, la empresa ha tenido muy presente siempre su responsabilidad social corporativa (curiosamente además, gran parte de sus empleados son mujeres), y desde hace años colaboran con ongs. Burkina Faso es uno de los países donde más han enviado fondos. “Algunos años conseguimos destinar más de 150.000 euros”, comenta. Allí han levantado escuelas, huertos escolares, un centro de informática, electrificado zonas, construido pozos… cambiando el día a día de los habitantes de este país, uno de los más pobres del mundo.

En 2013 facturaron 14,1 millones de euros.