En otras condiciones les diría que esto va viento en popa, pero tal y como están las cosas, lo único que cabe decir es que el mercado americano ha dado un pasito adelante y ha recuperado parte de lo perdido el viernes, aunque también les anticipo que lo de Egipto sigue pesando mucho en el ánimo de los inversores, por lo que no son descartables nuevos sustos si las cosas no se enderezan con cierta rapidez.

Les digo esto porque en una sesión normal el PMI de Chicago, muy por encima de las expectativas, hubiera propiciado un rally espectacular, pero solo consiguió recortar la mitad de la pérdida del viernes. En el lado positivo, sin embargo, apuntar que el «profit warning» de Intel hubiera llevado al abismo a la mitad de las tecnológicas y, en cambio, a pesar de que el Nasdaq se resintió, no fue así. Cada vez es más claro que la vida está pendiente de chip y si quien lo desarrolla se equivoca en su diseño, mal asunto. Su directo competidor, AMD, que venía sufriendo los rigores del mercado descontento con sus resultados del cuarto trimestre, fue el principal beneficiado del anuncio de Intel.

Pero a lo que debemos ir, que es a lo que puede ocurrir, que ustedes a estas alturas ya saben que el Dow Jones ha tenido su mejor mes de enero desde 1997 (y si no lo saben se lo digo yo) y les itneresará saber qué nos puede deparar el destino en febrero. Ya saben que no tengo bolita de cristal (y quien les diga lo que va a pasar mañana es un vendeburras), pero al mercado no le quedan más que dos posibilidades. La primera, seguir con las alzas y cerrar rápido la herida causada el pasado viernes. Y la segunda, no lograr la primera y desplomarse como mandan los cánones, hasta el entorno de los 1.220 puntos en una suerte de corrección que medio mundo anda esperado desde hace un par de semanas y que parecía anunciada por el pánico del viernes. De que el mercado mire al norte o al sur tendrán la culpa, por este orden, Egipto y los datos semanales de paro. Son los dos grandes focos de atención del mercado en este momento.

Una tercera posibilidad, que es la que menos me gusta, es un periodo de zigzag lateral que podría eternizarse hasta que el Dow no rebase con claridad la barrera de los 12.000 puntos. Les digo que es la que menos me gusta porque los mercados laterales son siempre un engorro y muy aburridos. Y para mí el mercado debe ser cualquier cosa menos aburrido. Si no pasan cosas, mejor hacer otra cosa que prestarle atención.

En fin, que los americanos parecen haberle cogido el gusto a amagar y no terminar de dar. La bajada del viernes ha sido respondida por una subida importante, pero no tanto como para volver al punto de partida. Y por el mismo orden de cosas, la subida de hoy puede ser otro simple amago de mejoría para coger a los incautos desprevenidos. Lo único que está claro es lo que ya ha pasado y eso es que el S&P 500 subió un 0,77%, el Dow Jones, con un sprint final meritorio, avanzó un 0,58% y el Nasdaq, tras muchas dudas por culpa de Intel, cerró con un alza del 0,49%. Ya saben cual es mi particular interpretación: si sube más el S&P es que el mercado está sano y no suben solo los grandes valores. De hecho, en el conjunto del mercado, casi 2 a 1 para los valores en ganancias en esta jornada, lo que no está nada mal.