Los expertos calculan que el Mobile World Congress celebrado esta semana en Barcelona genere 356 millones de euros y 7.220 empleos temporales gracias al gasto que harán los 75.000 congresistas que visitan la ciudad condal. Los hoteles de Barcelona, que cuentan con una oferta de 36.000 habitaciones, estarán llenos a un precio medio por habitación de 230 euros, bastante más que durante una semana normal. La Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (Apartur) también prevé un lleno absoluto, aunque los precios por una noche en un apartamento para cuatro personas están por debajo de los 200 euros, también por encima de los precios habituales.

Otra gran cita, la Feria Internacional de Turismo (Fitur 2014), celebrada el pasado mes de enero en Madrid en el recinto ferial Ifema, tuvo un impacto económico en la ciudad de alrededor de 180 millones de euros por la visita de 200.000 profesionales del turismo procedentes de cerca de 9.000 empresas de 165 países distintos.

La Institución Ferial Madrid (Ifema) comenzó este 2014 con muy buenas noticias. Su presidente ejecutivo, Luis Eduardo Cortés, enumeró las optimistas previsiones. El recinto ferial acogerá este año 75 ferias y ocho grandes congresos internacionales que traerán a la ciudad a más de 50.000 profesionales. Además, en sus instalaciones se desarrollarán más de 500 eventos. El conjunto de todo lo anterior dará a la Comunidad 2.000 millones de euros gracias a los más de 2,8 millones de personas que visitarán Ifema para ver las ferias y congresos. También, la semana pasada la capital española fue elegida para la celebración de 57 nuevos congresos que tendrán lugar entre este año y el 2018. Los congresos atraerán a la ciudad a unos 51.000 participantes, que realizarán un gasto de al menos 46 millones de euros. Parece que el negocio marcha bien a pesar de la crisis.

Estas grandes citas mundiales que se celebran en España podrían verse amenazadas por la subida de precios que aprovechan a realizar los hoteleros y hosteleros entre otros grupos empresariales. De seguir esta tendencia de precios al alza cada vez que se dé una cita importante en nuestro país serán muchas las empresas y personas extranjeras que optarán por no venir, o las personas que organizan dichos eventos decidirán desplazarlos a un lugar más rentable económicamente.

El turismo de congresos, convenciones y jornadas en España movió 5.110 millones de euros en 2012. De él formaron parte algo más de tres millones de personas que gastaron 322 euros en la inscripción, 233 en el viaje, 97 en el alojamiento y casi 90 en gastos diarios, según datos del Spain Convention Bureau (SCB).

Pero las desorbitadas subidas de precios en servicios no sólo se dan en las grandes citas del turismo de congresos, sino que también ocurren en fiestas como los Sanfermines, las Fallas de Valencia o la Feria de Abril de Sevilla. Hay que tener mucho cuidado con las subidas masivas de precios.

Este fin de semana se celebra en Cádiz el Carnaval, declarado de interés turístico internacional. Los hoteleros de la región esperan ansiosos este evento por los ingresos extra que les reporta. El portal Trivago calcula que este año las habitaciones en Cádiz durante la fiesta se han encarecido un 203% y aun así se espera una ocupación del 94%. El precio medio de una habitación ha pasado de 76 euros en febrero a 155 durante los Carnavales, en algunos casos puede llegar hasta los 350 euros.

Si queremos que España siga siendo competitiva en materia turística, hay que tener mucho cuidado a nivel global con los precios, ya que la denominada primavera árabe no durará eternamente y otros países, ahora algo menos capacitados que nosotros para acoger este tipo de ferias, congresos y fiestas, ya se están poniendo las pilas.

El último dato conocido es que el Banco de Grecia ha hecho públicas esta semana las cifras turísticas de 2013. No todo han sido malas noticias para el país heleno, que se ha recuperado al menos en el número de visitantes que ha recibido, un 15,5% más en comparación con 2012. La crisis económica afectó especialmente a Grecia y esto se tradujo en numerosas protestas sociales, que hicieron que el turismo se resintiera. No obstante, los últimos datos hechos públicos sitúan a Grecia como un posible competidor de España.