¿Recuerdan ustedes aquello de los 12.000 puntos del Dow Jones y los 1.300 del S&P 500? Pues la prueba ha sido superada cuando menos se esperaba. Una sesión eufórico ha bastado para conseguir ambos hitos simultáneamente, lo que a decir de los expertos supone una señal alcista de considerable calado. Razón de más para extremar la prudencia, porque basta que digan algo los analistas para que el mercado haga justo lo contrario.

En fin, que entre que lo de Egipto parece que puede saldarse de forma más o menos razonable con la renuncia de Mubarak a presentarse a otras elecciones y que el mercado parece haber sacado fuerzas de flaqueza, los tres índices americanos cerraron en máximos desconocidos desde mediados de 2008 (junio para el Dow Jones y Agosto para el S&P 500).

Pero queda una pregunta en el aire. ¿Habrá sido este el esperado retroceso? Por fuerza y profundidad, puede que sí. Por duración y calado, me temo que no. El bajonazo del viernes ha sido respondido en sólo dos días. Esto son demostraciones de un mercado tan fuerte que son difíciles de creer, pero no deja de ser cierto que los famosos temores a la doble recesión parecen haber pasado a mejor vida entre los expertos del otro lado del Atlántico.

Nos quedaremos con aquello de «prueba superada» y disfrutaremos del momento. El Dow avanzó hasta los 12.040,16 puntos, un 1,25%; el S&P 500 cerró a 1.307,59 tras subir un 1,67%, y el Nasdaq, que ayer estuvo más flojo, ganó un 1,89% hasta los 2.751,18 puntos. Y, como les decía ayer, buena señal que el S&P avance más que el Dow, porque eso es que el conjunto del mercado sube más que los megavalores, lo que siempre es importante para que se puedan mantener en el tiempo las subidas.