Y eso es lo que ha sucedido exactamente hoy. La rebaja de la rentabilidad de la deuda española, portuguesa, italiana y griega sigue propiciando que los índices bursátiles de estos países mantengan el pulso.

Hace unos pocos días nos contentábamos con que el bono español bajara del 3,70%. Hoy se paga al 3,35% y el mercado sigue presionando a la baja los tipos de la deuda casi cada día. Y si cada vez es menos atractivo por tipos de interés el mercado de renta fija, el dinero se va traspasando poco a poco a la variable, de ahí que esos índices se comporten mejor.

¿Y el resto? Pues el FTSE, como de costumbre, va por libre. Se encuentra rozando de nuevo la zona de máximos relativos y se resiente. En cuanto al Dax, a pesar de la mejora, sigue estando demasiado débil. Mientras el CAC y  FTSE sí fueron capaces en el último impulso de marcar nuevos máximos relativos, en el caso del Dax no ha sucedido.

Lo peor es que si alguna economía está expuesta a los últimos peligros procedentes del Este, esa es la alemana, por lo que esperar que sea la locomotora habitual no es demasiado razonable.

Lo que parece es que Europa, que en teoría debiera tener más recorrido alcista que Estados Unidos, va a esperar de nuevo a que sea Wall Street el detonante de todo, tanto de las alzas como de las bajadas, salvo que el BCE decida lo contrario, claro. Draghi aún tiene que decir cosas o debería tener aún cosas que decir, que no es lo mismo. Y el mercado está empezando a valorar negativamente que no las diga. Quedamos emplazados con el jefe del BCE…

Al cierre, el Dax perdió un 0,49%, el FTSE un 0,71%, el CAC un 0,11% y el Ibex ganó un 0,87%. El PSI portugués y el Mibtel italiano acompañaron las subidas del selectivo español con avances del 0,65% y el 1,38%, respectivamente.