Crónicas peperas, sevillanas y fiesteras

01/02/2011

Carmela Díaz diarioabierto.es.

Pensaba que las cotas más altas de euforia colectiva se habían vivido en España tras la consecución del Mundial, pero estaba equivocada: el nivel de entusiasmo exhibido en la convención popular del pasado fin de semana en Sevilla me ha dejado anonadada.

Expresiones de felicidad indisimulada, muestras exorbitantes de alegría, carcajadas a raudales, compadreos por doquier, pulgares mirando al cielo, palmaditas a los líderes, discursos  con tono, fondo y hasta sintaxis presidencial, comentarios del tipo “esto está hecho” de boca de una de las históricas populares más sensatas y discretas… Me enorgullecería semejante actitud si tal algarabía se debiese a la lucha por unos valores, por unos ideales, por una regeneración democrática, pero mucho me temo que las celebraciones adelantadas procedían del cercano aroma a poder.  Estoy a favor de dejar de lado el fatalismo y de subir el ánimo del país, pero ojo con vender la piel del oso antes de cazarla: en política todo cambia en un día y faltan cientos para los generales y otros tantos para las municipales y autonómicas. Si a esto añadimos que puede producirse una leve recuperación económica -poco probable-, que un candidato diferente a Zapatero captaría los votos socialistas abocados a la abstención a día de hoy, que una previsible paliza de la derecha movilizaría a la izquierda, o la jugada maestra pre-elecciones que estará maquinando Rubalcaba, me centraría más en intentar vencer convenciendo -como bien apuntó Nuñez Feijóo– que en quebrantar las normas más elementales del sentido común permitiendo que la satisfacción dé por hecho algo que todavía no se ha cumplido. El jolgorio es legítimo, faltaría más, aunque  me gustaría conocer la opinión sobre tal festival de los votantes populares que las están pasando canutas por la crisis o se encuentren desempleados. Mientras la jarana inundaba los pasillos cartujanos, las mayores ovaciones en una convención de futuro fueron para las víctimas del terrorismo y para Aznar tras una intervención implacable contra Zapatero: revelador, tanto como el peloteo masivo a los que se presume alcanzarán presidencias y alcaldías en mayo. Mareas humanas a su vera, aplausos, piropos y fotos, muchas fotos. Debo ser rarita o de mollera durísima, pero pudiendo asistir a foros de expertos impartiendo interesante formación sobre comunicación electoral, técnicas de debate o aplicación de las nuevas tecnologías en campaña, me desorienta observar que para la gran mayoría lo crucial de estos encuentros es inmortalizarse  junto al político de turno. Nada que objetar si los cazadores de imágenes fuesen ciudadanos que pasaban por allí, pero  los que prefieren saciar su vanidad en vez de alimentar su intelecto, están llamados a ser concejales, asesores y consejeros tras las próximas elecciones. Manda huevos que diría Trillo, por cierto, uno de los más solicitados en las tertulias vespertinas por sus propios compañeros de partido, tras bambalinas: ¿quizá por ser uno de los pocos con experiencia de gobierno nacional? En las copas tardías el tema recurrente fue el partido de derecha-derecha que parece estar tomando forma y del que incluso ya se comentan nombres y apellidos para las listas capitalinas.

El sábado coincidí en la Plaza de España sevillana con varios líderes madrileños que hacían pellas a primera hora. Quedan disculpados porque nadie es inmune al embrujo de una ciudad que si dejara de mirarse al ombligo y de obcecarse únicamente con su Semana Santa y con su Feria, podría convertirse en un icono internacional: sobrada va de historia, arquitectura, rincones, gastronomía, clima favorable, encanto, color, olor, sabor, luz, simpatía, alegría… Luego Rajoy nos adelantó que propondrá la revisión de privilegios del sistema de pensiones de diputados y senadores; aún estando de acuerdo, tengo la obligación de plantear dos preguntas inevitables: ¿por qué ahora en época electoral y no antes? ¿Se trata de los mismos privilegios que el Grupo Popular votó a favor? La única que pareció no contagiarse del ímpetu jocoso fue Esperanza Aguirre: su participación se limito a cinco minutos, largándose antes  que sus compañeros de debate “Más sociedad, mejor gobierno” finalizasen sus intervenciones. Ni en tan breve espacio de tiempo se libró de alguna puya de González Pons. Su ausencia fue compensada con un posterior mano a mano -divertido y memorable- entre Rita Barberá y Gallardón que además de dos grandes alcaldes, son de los únicos cargos electos actuales a los que invitaría a una buena juerga: segura estoy que darían la talla.

El fin de fiesta pasó por un “España tiene sed de urnas” que debo replicar. Señor Rajoy, los españoles estamos muy sedientos, cierto, pero de un cambio radical en la política patria, de disfrutar de una democracia real, de desterrar para siempre la influencia nacionalista, de que se tomen medidas para que jamás vuelvan a gobernar personajes tan deplorables como Zapatero, de que miembras como Pajín o Aído sean vetadas para la representación institucional, de que los que ostentan cargo se dediquen al servicio público y no al enriquecimiento personal, de que salgan a la palestra líderes que entusiasmen, capaces de presentar programas eficaces y soluciones a los problemas que realmente preocupan a los ciudadanos, etc., etc., etc. Señores del PP, con euforia o sin ella, en sus manos está vencer y convencer.

¿Te ha parecido interesante?

(Sin votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.