Una frase de Cándido Méndez, que posiblemente se le escapó, puede resumir el pacto alcanzado entre Gobierno, sindicatos y patronal en materia de pensiones, promoción del empleo y algunas cuestiones añadidas. “Se trataba de tragar sapos” dijo el secretario general de UGT al hablar de las ayudas a la contratación a tiempo parcial.

Los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez,  y CCOO, Ignacio Fernández ‘Toxo’, han resumido el camino recorrido desde que el Gobierno anunció antes del verano pasado su intención de reformar el sistema de pensiones y el día de hoy en que se firma el acuerdo alcanzado en esta materia y en algunas materias relacionadas con la recuperación del empleo.

Méndez explicó que el acuerdo es fruto del compromiso de los sindicatos por tratar de romper el triángulo nefasto que atenaza a la economía española: alta inflación, bajo crecimiento y elevado paro, y señaló su convencimiento de que, conseguido el acuerdo entre las partes, las decisiones adoptadas darán más frutos que las unilaterales, en referencia a la reforma laboral decidida por el Gobierno tras el fracaso de la negociación previa a tres bandas.

Fue el secretario general de CCOO quien aceptó que la reforma de las pensiones era absolutamente necesaria porque de otra forma “la dinámica del gasto en este concepto llevaba a situaciones de riesgo”. Toxo recordó que no era la primera reforma del sistema de pensiones que se ha efectuado aceptando que las anteriores habían sido igual de necesarias pero obviando que todas ellas tuvieron una fuerte contestación sindical.

Y por eso afirmó, en línea con lo dicho antes por el Gobierno, que es “necesario aplanar la curva de crecimiento del gasto en pensiones para no tener problemas en el futuro”. Bien es verdad que, además de las modificaciones efectuadas en la edad de jubilación y en la fórmula de cálculo de las pensiones, Toxo puso el acento en que deberían eliminarse del gasto de la Seguridad Social tanto sus gastos de funcionamiento, que deberían financiarse con cargos a los impuestos generales como ocurre con el resto de la Administración, como los complementos de algunas pensiones que también deberían salir de los impuestos y no de las cotizaciones.

Los dos secretarios generales incidieron al hablar de pensiones en las modificaciones introducidas por ellos (cómputo del periodo de dedicación a los hijos recién nacidos, ampliación de estudios para tener mayor formación…) más que en la prolongación real de la edad de jubilación y en las condiciones más estrictas que se van  a exigir a partir de 2013 para poder tener derecho a una pensión y a que ésta sea la máxima establecida.

El pacto, al final, es producto de la necesidad de las tres partes que lo firman. Por un lado el Gobierno tenía que liberarse de la presión de los mercados financieros y de sus socios europeos mostrando que se ponen en marcha reformas que reducen de forma importante el gasto futuro. La patronal CEOE, por su lado, tenía que mostrar su disposición  a alcanzar acuerdos tras el gran vacío institucional que ha tenido como consecuencia de la crisis empresarial de su anterior presidente. Finalmente los sindicatos, en palabras de un diputado socialista presente, “tienen que tratar de recuperar parte del desgaste sufrido por el acoso al que se han visto sometidos en los últimos tiempos”.

Estos último fue con lo que Méndez terminó su intervención  pidiendo a “quienes tienen responsabilidades y también a quienes no las tienen que cese el acoso al que han sometido al sistema público de pensiones y a la negociación de las relaciones laborales”.

Respecto a la marcha del empleo, los dos secretarios generales destacaron el mal dato de paro registrado del mes de enero y lo relacionaron con la falta de soluciones para los que entienden son los problemas básicos de la economía española centrándolos especialmente en la necesidad de reformar el sistema financiero para que fluya el crédito y se recupere algo la actividad. Fue en ese momento cuando Méndez dijo que “se trataba de tragar sapos” al hablar de las rebaja de las cotizaciones a la contratación a  tiempo parcial exigida por la patronal como contrapartida a estar en la firma del pacto. Para Toxo se trata de un “parche” que no servirá para iniciar la recuperación del empleo como dicen los empresarios pero era algo que había que aceptar.

Los dos sindicalistas se mostraron en desacuerdo con la propuesta de la canciller alemana, Angela Merkel que mañana viene a Madrid a un cumbre bilateral, que ha pedido que se eliminen en Europa las cláusulas de revisión salarial que se recogen en los convenios colectivos. Tanto Méndez como Fernández señalaron que hacerlo sería dar marcha atrás en la contribución de la negociación colectiva a la lucha contra la inflación. Recordaron que desde los años ochenta del siglo pasado los convenios se firman sobre previsiones de inflación y mejora de la productividad y no sobre inflación pasada y que eso precisamente es lo que explica las cláusulas de revisión.