La moneda al aire

02/02/2011

Miguel Larrañaga. 02-02-2011

Hay dos maneras de tomarse lo sucedido hoy en Europa. La primera (y alcista) atribuir la falta de fuerza del Dax al hecho de que los acontecimientos en Egipto no evolucionan todo lo bien que se intuyó en la víspera y la segunda (y bajista) echarse la manta a la cabeza y suponer que los 7.200 puntos se le van a atragantar al Dax durante bastante tiempo, cerrar las posiciones y esperar a un mejor momento. Me dirán que también cabe una tercera, que es no hacer nada, pero hay una máxima en el mercado que es «con dudas no se opera» y permanecer con las posiciones abiertas es operar. El problema de cada una de las dos posiciones anteriores es que, en realidad, ambos razonamientos tienen tanta fiabilidad como la de acertar al lanzar una moneda al aire.

Por eso, tomaremos como base la conjunción de los dos índices principales y veremos que mientras el Dax no puede, el FTSE lo intenta, otra cosa es que lo consiga. El índice británico tuvo ayer otra jornada de demostración de fuerza que parece querernos decir que su corrección puede haber llegado a su fin. Ahora sólo faltaría un poco de «sincronización» con el Dax y nos iríamos para arriba. Pero siempre hay un pero. ¿Y si uno y otro se ponen a luchar en sentidos opuestos? No sería la primera vez que pasa y el resultado suele ser un lateral como la copa de un pino, de esos que aburren hasta a las ovejas.

Total,  que tampoco de la comparación sacamos grandes cosas en positivo, así que apelaremos al único recurso que nos queda. Cruzaremos los dedos, esperaremos que lo de Egipto se encauce rapidito y de la mejor manera posible y, mientras tanto, ajustaremos los stops en previsión de que la cosa pueda ir a peor.

Y no terminaré el comentario sin hablar otro poco del Ibex. Señores, nuestro índice vuelve a dar muestras de estar como una cabra, pero ha logrado cerrar por encima de los 11.000 puntos, lo que no es poco en los tiempos que corren y con el Dax en contra. Hizo todos los vaivenes del mundo, pero al final consiguió el objetivo de corto plazo que se había marcado. Ahora queda un segundo cierre por encima de los 11.000 para «confirmar» el hito y demostrar al mundo que cuando dejan de tocar las narices con la prima de riesgo nuestra Bolsa puede ser solvente. Ya lo ven, ahora volvemos a estar en el diferencial con Alemania en el mismo nivel que antes de la crisis irlandesa y el Ibex se ha salido en los últimos tiempos.

Sin embargo, hay una cosa que me precupa para el futuro inmediato del selectivo español y es el cambio del euro con respecto al dólar. Recuerden que tengo para mi por cierto que cada vez que el euro vuelve a valer 1,45 dólares aparece una crisis financiera en el horizonte y vamos por 1,38 y Bernanke azuzando la máquina de los billetes verdes.

En fin, no quiero ser agorero, así que vayamos con los cierres, que es lo más sensato. Lo primero y fundamental, destacar que el FTSE logró cerrar por encima de los 6.000 puntos, aunque fuera sólo por 7 centésimas, tras subir un 0,71%. Lo segundo, destacar de nuevo al Ibex, que subió hasta los 11.010 puntos, un 0,39% más que el cierre anterior. Y en el capítulo negativo, comentar que el CAC perdió un 0,15% y el Dax un 0,08%. Tampoco es como para preocupar, pero ya les digo que lo de los 7.200 puntos del Dax (que fueron superados ayer un buen rato) puede hacer que muchos empiecen a quebrarse la cabeza.

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