Por fin, y para qué

21/10/2010

Rodolfo Serrano.

No sé si el cambio de Gobierno –más que cambio, terremoto- de José Luis Rodríguez Zapatero será bueno o malo. Habrá que dar tiempo al tiempo y dejar que los días hagan su trabajo. Pero sí parece, a vuela pluma, que, al menos, da la sensación de que hay un deseo de presentar una nueva imagen. La duda está en si ello supondrá un cambio de rumbo.

Es verdad que algunos de los nombres que han saltado  a la carrera ministerial prometen, cuando menos, una sensibilidad distinta en lo social. Me refiero, fundamentalmente, a Valeriano Gómez, nuevo ministro de Trabajo. No sé qué podrá hacer, pero nadie puede negar que Valeriano, hombre curtido en el trabajo más cercano a los sindicatos, excelente gestor y con amplia experiencia en los temas laborales, tiene sobrada capacidad para recuperar el diálogo social y la cercanía a los sindicatos.

Otra cosa es que pueda o le dejen hacerlo. Es, de momento un rayo de esperanza en las agitadas aguas del mundo del trabajo. El error del presidente Zapatero será atar corto al ministro. No dejarle administrar libremente una tarea tan delicada. Se enfrenta a un panorama complejo y turbio. Ojalá le dejen las manos libres. Hablar de diálogo cuando se anticipa –como ha hecho Zapatero- que, por ejemplo, en la reforma de las pensiones, retrasar a 74 años la edad de jubilación es una decisión inamovible, es dejar sin contenido cualquier negociación.

De los demás ministros poco puedo decir. No seré yo quien ponga en cuestión –por su juventud- a Leire Patín. Creo en la juventud porque yo ya no lo soy. Y prefiero creer que en los años que ha dedicado a la política como aval para su futuro. Otra cosa es la sospecha de que su nombramiento se haya producido como una maniobra para quitarla de sus responsabilidades en el PSOE.

Nunca estuve de acuerdo con los ministerios de Vivienda e Igualdad. En el primer caso porque sus competencias estaban ya prácticamente en otras Administraciones. En el segundo caso, porque siempre me pareció un gesto de cara a la galería y con unas competencias que entraban, como en el caso de la ampliación del aborto, en el área de Sanidad.

De Rosa Aguilar, mi amistad con ella me impide cualquier comentario imparcial. Sí puedo decir que tiene capacidad de trabajo y de diálogo. Suerte.

Y dicho todo eso, ningún cambio es, por sí mismo, bueno o malo. Lo que importa es lo que hagan. Y en mi ánimo persisten las dudas de que las cosas vayan a tomar nuevas perspectivas. Zapatero se ha empecinado en un camino que perjudica a las clases más necesitadas. Su afán de dureza, sólo con los débiles, le ha llevado a un enloquecido camino de ajustes y recorte de derechos sociales como nunca nos podíamos imaginar.

Un cambio de Gobierno no parece que vaya a solucionar el incremento brutal del paro, la nueva formativa laboral, los recortes de derechos, la reforma de las pensiones. Más que un cambio de Gobierno, tendría que haberse dado un cambio de principios, de criterio, de filosofía que no se ha producido.

De Octavio Paz, vayamos al poema:

Él marcha solo, infatigable,
encarcelado en su infinito,
como un solitario pensamiento,
como un fantasma que buscara un cuerpo.

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2 pensamientos en “Por fin, y para qué

  1. Muy elegante la nueva maqueta. Falta la cultura, los libros, la crítica de cine, la agenda… Supongo que la pondrán.
    Un fuerte abrazo y enhorabuena

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