La opción de ser el socio mayoritario de Pescanova no convence a la banca

19/03/2014

T. Juanes. Después de la ruptura entre los acreedores y los accionistas de la pesquera, en el futuro del grupo vuelve a aparecer el fantasma de la liquidación.

Cuando al periodo para que los acreedores acepten el convenio de los actuales principales accionistas de Pescanova -la cervecera Damm y el fondo Luxempart- empieza su cuenta atrás, la posición con los bancos hace augurar que el acuerdo se enfrenta aún a dificultades. En otras palabras: la posibilidad de que los bancos españoles, que representan la mayor parte de la deuda de la empresa pesquera, asuman la nueva propuesta de la cervecera de la familia Damm, está lejos de ser el 100%.

Si bien Damm y sus socios han presentado una redacción diferente -al parecer, ‘mejorada’-  del informe que había sido rechazado por los bancos hace pocas semanas, el actual al parecer no ha convencido a las entidades financieras en las reuniones que se han mantenido hasta ayer, 18 de marzo. Con este precedente, la propuesta de convenio de acreedores -la única que existe- que está ya en manos del juez que instruye el concurso de acreedores de Pescanova, da a las entidades bancarias la opción de controlar la mayor parte del capital del grupo, pero si aceptar otras de sus reclamaciones.

Según fuentes consultadas un obstáculo para la aceptación por los acreedores de la nueva redacción se refiere a la quita de la deuda, que suma más de 3.000 millones de euros, que ascendería a más del 80%. Los accionistas habrían propuesto, sin embargo, menores plazos para la devolución de los créditos.

En este panorama el reparto del capital de la nueva Pescanova sería una de las concesiones, ya que supone que las entidades tendrían un 5% más que en la primera redacción del convenio, con el 65% y Damm, el 30%, y los minoritarios, el 5% restante. Si bien, la capitalización de parte de la deuda y las condiciones para realizar una operación acordeón que dejará a ‘cero’ el capital de Pescanova, para después emitir nuevas acciones sería lo que marque el accionariado final.

Si el juez admite, como está previsto, el borrador de convenio, este ya será el último, por lo que el futuro de Pescanova depende de unas negociaciones con escaso margen de cambios. Sin embargo desde el lado de los accionistas hay mayor optimismo respecto a la posibilidad de incluir modificaciones adicionales y que estas supongan la aceptación del documento por parte de los acreedores.

 

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