Yo no echaría las campanas al vuelo

26/03/2014

Miguel Larrañaga. Hoy voy a ser muy personal. Mucho más que de costumbre y es que voy a ir contra la oleada de optimismo desmesurado que se está creando en Europa. Yo no echaría las campanas al vuelo por mucho que llevemos dos días buenos.

Los índices europeos han vivido otra jornada ‘triunfal’ amparados aún en la resaca de escuchar al jefe de Bundesbank admitir la posibilidad de una ronda de estímulos y, lo que es incluso más peregrino, en la convicción de que China estimulará también su economía.

Esperar a estas alturas que las autoridades chinas actúen siguiendo la ‘lógica occidental’ para poner coto a la desaceleración de su economía es no conocer a los chinos.

Las autoridades chinas harán lo que les parezca y cuando les parezca y de momento no me parece que estén especialmente preocupados por estimular el consumo y la economía. Más bien sus intenciones van en la dirección opuesta, frenando la construcción y sin solucionar las tensiones en su mercado interbancario, de forma que se hace difícil que fluya el crédito.

Pero más aquél tiene aún lo de confiar en un comentario de Jens Weidmann, el gobernador del Bundesbank, admitiendo la posibilidad de tasas de inflación negativas y de una política de estímulos a escala europea liderada por el BCE.

Hemos pasado de que el Bundesbank exija al Tribunal Constitucional de su país que declare contrario a la constitución alemana que el BCE pueda comprar deuda de países en problemas o dar ayudas directas a los bancos en dificultades a que todo sea posible como por arte de birbirloque.

Pues no le creo. No creo ni una palabra de lo dicho por Weidmann y estoy seguro de que si llega el momento de la verdad, estos alemanes que han dejado a Europa hecha unos zorros, que han acogotado a España hasta niveles de paro inadmisibles, que han estrangulado a Grecia hasta niveles más allá de lo soportable o que han exigido a Portugal lo que no se exigen a ellos mismos, no se van a bajar del burro tan fácilmente.

Si algo es un alemán es terco cuando cree que lleva razón. Y no creen que lleven razón, están absolutamente persuadidos de ello sin ninguna duda. Tanto es así que el pulso que les plantea Mario Draghi lleva más de un año planteado y el jefe del BCE no ha conseguido doblegarlos.

La estrategia de Draghi ha sido sibilina y posiblemente inteligente. Les ha dejado ahorcarse en su propia cuerda al tiempo que casi ha conseguido su aislamiento en el seno del BCE y que cunda la especie de que son los responsables de que Europa no termine de ponerse en marcha.

Me dirán que es que ellos están en marcha y les da igual Europa, pero es que no es así. Europa no les puede dar igual y más cuando no se puede esperar demasiado de China. La industria alemana necesita vender sus productos y pide a gritos un euro más débil y mayor demanda interna en la UE.

Más les valdría pedir costes energéticos razonables y no los derivados del peaje ruso por el gas siberiano. El gas le cuesta a una industria alemana cuatro veces más que a una norteamericana. Se han hartado de exigir a los demás y no hacen frente a sus propios problemas. Y ese no es el camino.

No tengo ninguna duda de que Mario Draghi conseguirá lo que busca y que será posible un determinado tipo de estímulos. Pero no va a ser fácil doblegar del todo al Bundesbank por mucho que su presidente haya dicho cosas con la boca pequeña. Ya aparecerá alguien en su debido momento que recurra a algún tribunal cualquier cosa. Ocurrirá, pero el mercado lo ve a corto plazo y eso es inviable.

Incluso en el caso de que el Bundesbank se haga mañana fan de Draghi y saque una pancarta pidiendo estímulos a la economía europea, el trámite que se necesitaría puede llevar un tiempo precioso. Al ritmo que se hacen las cosas en Europa, al menos se necesitarían cuatro o cinco Ecofines y un par de cumbres europeas para limar todos los matices.

Y en el mercado se sabe todo esto, pero se ha obviado para conseguir un rebote tan bonito como poco consistente. En cuanto vengan mal dadas, ya verán lo que es caer y más si los índices americanos apoyan tan poco como lo están haciendo últimamente…

Al cierre, el Dax ha avanzado un 1,18%, el FTSE un 0,01%, el CAC un 0,94% y el Ibex un 1,50%, agujereando aún más la ‘barrera de los 10.000 puntos’.

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