Esta era la foto, Carmen Lomana con su traje de Alta Costura, comprado en Tot-Hom junto a su estolita de visón años 50 que llevaba aún la marca de la casa, pidiendo una hamburguesa. Ha lucido estupenda, la convocatoria para conocer el anuncio que ha grabado para promocionar un nuevo producto, era a las 19 horas y ella llegaba quince minutos más tarde, en limusina blanca con el Burger King. Juntos recorrían los 50 metros de acera sobre una alfombra roja, enfrente del Bernabeu en Madrid.
En el interior, se vivía una gran expectación por ver el anuncio una nueva hamburguesa de pollo sin grasa. Lleno hasta la bandera de compañeros periodistas de todos los medios, incluso, telecinco tenía una unidad móvil en la puerta emitiendo en directo. Por cierto, detrás de la limusina eran seguidos por el jaguar oscuro de Carmen, conducido por su nuevo chófer, como sabe todo el mundo, el famoso Wilson es historia.

Nada más llegar, se proyectaba el anuncio. Soberbios 20 segundos. En silencio y a oscuras observaba, su ex novio Eduardo. Al encenderse los focos y suscitar el interés de algunos compañeros, ponía pies en polvorosa y me dejaba con la palabra en los labios, pintados con el nuevo rouge Chanel. Asaltamos la mesa redonda más grande que había y nos fueron depositando los manjares típicos del lugar; aros de cebolla con su rebozado, palitos de pollo bien pringados con su harina bien fritita, sus patatas fritas y la famosa hamburguesa Lomana; pollo desecado, lechuga, tomate, un poquito de mahonesa y pan. No sé pero de pronto echamos de menos las de toda la vida de pringarse y nos subieron una bandeja entera. Llegaron, el excéntrico griego –nacido en Londres- Manoli Demetri Mavroleon y el socialitie Antonio Fournier. Les hicimos sitio en la mesa y se lo comieron todo. Manoli, no llevaba los botines de serpiente que le regaló Liza Minnelli. Finalmente, Carmen terminó de hablar hasta con el de la gaceta de Móstoles, por Dios qué de preguntas sobre el mundo de las hamburguesas con lo sencillo que es….

Se sentó también en la mesa redonda, con su hermana María José -con la que no le saco el parecido- y su amiga Marisa, que es diseñadora de moda. Ahí me enteré que el hermano de las Lomana, el que esquía, trabaja en el programa de Calleja, Desafío Extremo.

Terminadas las hamburguesas, comenzó la fiesta. Nos fuimos Myriam Fontaneda, las hermanas Lomana, la amiga Marisa, Enrique Canivet, Nerea Ybáñez, Marta Garijo, Teresa Barrios, José Beltrán y yo, nos metimos en la limusina de Lomana y lo que en principio iba a ser una vuelta al Bernabéu se convirtió en un tour por Madrid de una hora. Abrimos una botella de champagne, lo servimos en copas de plástico -es lo que había-, pusimos la música de radio Olé por escuchar a Camela a tope e intentamos que nos parasen en un control de alcoholemia en Ortega y Gasset, pero esa noche libraban los policías. Ha sido un evento memorable. Viva la Burger Queen y la hamburguesa Lomana. El rey está tardando, a esta mujer hay que darle el ducado de la mostaza, el principado del tomate keptchup o el marquesado del pepinillo. Grande, Grande que diría Mina.