La reforma fiscal tendrá un efecto colateral. Los cambios en el sistema de impuestos –previstos para diciembre, según vaticinan– pueden acabar calentando el mercado inmobiliario. La nueva fiscalidad endurece las consecuencias de tener viviendas en propiedad. Y los expertos auguran movimientos para evitar los nuevos recargos.

El mercado de la vivienda puede verse súbitamente animado por la próxima reforma fiscal. Aunque no se prevé su aprobación hasta finales de año, algunos expertos dan ya por hecho que la reforma cargará el peso del nuevo sistema impositivo sobre la vivienda. Eso derivará en una agitación en las ventas. “Se va a mover el mercado inmobiliario. Aunque no hasta el extremo de provocar una burbuja”, augura José Manuel Ortiz, experto del área de fiscal del despacho de abogados Cuatrecasas.

La razón ese encuentra en los cambios previstos por el estudio previo a esta reforma: el llamado ‘informe Lagares’. El Gobierno ya se ha desentendido de algunos de sus recomendaciones. Pero otros muchos cambios sí tienen “muchas probabilidades” de aprobarse, según advirtió Ortiz en una sesión dedicada a la reforma fiscal, organizada por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE).

En relación con la vivienda, el informe de la Comisión liderada por Manuel Lagares plantea hacer pivotar la nueva imposición de la vivienda sobre un nuevo IBI. Se pretende eliminar el viejo Impuesto de Bienes Inmuebles dependiente de los ayuntamientos, por un nuevo impuesto, al cargo de la Administración central, y que acerque el valor catastral al valor de mercado de la vivienda.

Este nuevo ‘valor de referencia’ sustituirá al valor catastral, según el informe. A semejanza del modelo norteamericano, que carga más impuestos sobre la posesión de una vivienda. El objetivo final es que la vivienda habitual pase a tributar como si fuera una renta, basándose en la estimación del valor del mercado del nuevo IBI. Por cierto, los ciudadanos podrán recurrir si no están de acuerdo con el valor otorgado a su vivienda. Aunque para ello deberán recurrir a la vía contencioso-administrativa, según prevé el documento.

La sustitución del valor catastral llevaría en torno a cuatro años. En ese tiempo, el ‘informe Lagares’ prevé un régimen transitorio, que exime del pago del impuesto a las viviendas valoradas por debajo de los 90.000 euros, siempre que sus propietarios acrediten una base imponible del IRPF inferior a 20.000 euros.

Continuando con la vivienda, otros cambios previstos afectan al alquiler, cuyos rendimientos pasarán a tributar como ahorro –a un tipo fijo del 20%– y no como si fueran rendimientos del trabajo, con su gravamen correspondiente, como hasta ahora.

Un probable cambio en Sucesiones

Otra de las reformas propuestas por Lagares que tiene “muchas probabilidades” de salir adelante, según este experto, es la reforma del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. En el documento, se pretende acabar con el caos actual, marcado por las desiguales condiciones dictadas por las comunidades autónomas. Se fija para ello tres tipos impositivos. Su diferencia radica en el grado de parentesco. Así, los herederos más cercanos –los hijos y el cónyuge– pagarán un tipo de entre el 4 y el 5%. Otros dos tipos gravarán las herencias y sucesiones de familiares más lejanos, con tipos de entre el 7 y el 8%; y de entre el 10 y el 11%, reservado este último al grado de parentesco más alejado entre los contemplados. Las pequeñas herencias, por entre 20.000 y 25.000 euros, quedarían exentas de tributación.

Ley Beckham para atraer jubilados

El ‘informe Lagares’ recomienda además otro instrumento “muy potente”, según Ortiz. Se trata de un incentivo para atraer jubilados europeos con el cual convertir España en la nueva Florida. Para ello se suavizarían los requisitos del régimen de impatriados, la llamada ‘ley Beckham’. Con ello se ensancharía el número de beneficiarios, al rebajar el requisito de no haber residido en España desde los 10 años actuales, a 5 años. Además se amplía a 10 años el plazo durante el cual los impatriados tributan al tipo único del 20%, lo cual rebaja además el actual 24,75%.

“Es un incentivo brutal; son diez años pagando al 20%”, confirma Ortiz. En su opinión, este nuevo régimen de impatriados pretende fomentar el turismo y el consumo, e indirectamente la recaudación por IVA.

El abogado de Cuatrecasas considerá que la reforma del Gobierno llevará adelante un nuevo reparto de la carga impositiva. Según aventura, los propietarios de vivienda podrían ser los grandes perjudicados.

El Gobierno se había comprometido a sacar adelante la reforma fiscal antes del verano. Sin embargo, la convocatoria de elecciones europeas se ha cruzado en el camino de la aprobación de la reforma. No se espera la publicación del anteproyecto de ley antes de la cita electoral del 25 de mayo. Según estas previsiones, el Consejo de Ministros aprobará en junio un proyecto de ley, que tras un largo proceso de enmiendas en el Congreso y en el Senado, concluirá con la aprobación de la ley “bien entrado el mes de diciembre”, según prevén los expertos.

Otros cambios

El ‘informe Lagares’ propone además la eliminación del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. En cuanto al tipo de gravamen, propone la creación de cuatro escalas de gravamen, comprendidas entre el 20% de la primera y el 45%, de la última. En cuanto a las rentas del capital, estas tributarán a un tipo único del 20%.

También se proponen algunos relacionados con las retribuciones. El informe aboga por eliminar la exención para las indemnizaciones por despido incluso en los casos de despido improcedente. Se recomienda además suprimir las exenciones por los pagos en acciones hasta 12.000 euros, y la de hasta 500 euros por las primas de seguros de asistencia médica (Asisa, Sanitas…) que pagan las empresas.