Pemex intenta marginar a Repsol en la liberación energética de México

03/05/2014

Tania Juanes. La visita de Peña Nieto se produce cuando las relaciones entre ambas compañías se enfrentan a fuertes divergencias. El último no a Brufau ha sido el nombramiento de Imaz, si bien parece llamado a retomar la vía del diálogo. No se descarta la venta de un 5%.

Las difíciles relaciones entre Repsol y Pemex -propietario de 9,4% de la petrolera española- y que no han mejorado pese al acuerdo de indemnización alcanzado con Argentina por la expropiación del 51% de YPF , forma parte de la agenda de la visita el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, realizará a España a principio de junio. Hasta ahí el asunto es lógico, ya que se trata de uno de los temas más importantes en las crecientes relaciones económicas y empresariales entre ambos países, aunque un posible ‘pacto’ no lo sea, entre otras cuestiones porque Repsol es una empresa privada.

Acontecimientos posteriores a la firma de la paz con Buenos Aires han deteriorado más el clima entre las compañías. La junta de Repsol aprobó la modificación de los estatutos de la petrolera, con el voto en contra de Pemex y de otros accionistas, lo que de hecho impedirá que un eventual promotor de la segregación de Repsol logre sus objetivos sino lanza una opa. Además el último consejo de administración ha aprobado el nombramiento como consejero delegado a Josu Joan Imaz, y esté llamado o no a ser el sucesor de Brufau cuenta a partir de ahora con un amplio poder en la gestión industrial del grupo.

Otro movimiento del presidente que se ha ‘ganado’ otro voto en contra de Pemex, aunque no se descarta que Imaz tenga en el futuro inmediato un papel mediador. Lo que queda claro es que los posibles candidatos que pudiesen hacerse con el apoyo del accionista mexicano, y en círculos económicos han sonado varios, lo tienen ya francamente difícil.

En definitiva un escenario complicado ante la visita de Peña Nieto, que el Gobierno español intenta que sirva para reestablecer unas relaciones entre Repsol y Pemex alejadas de los conflictos societarios y más focalizadas a la colaboración. Y es que todo esto se desarrolla cuando México aborda una etapa histórica en el área de hidrocarburos, una vez que se ha aprobado la reforma energética que abre a la inversión privada, nacional y extranjera, actividades a las que no podía acceder. Empresas energétiicas de todo el mundo están pendientes de este proceso, en un momento en el que crece el interés estratégico por las reservas de gas y petróleo.

Si bien las concesiones son potestad del Gobierno de la República, el poder de Pemex se entremezcla en los mecanismos para ser o no ser socios del grupo estatal en las inversiones que se quiere reservar, y también de hecho en las que ceda. Un poder que ahora está en manos de Emilio Lozoya, el máximo ejecutivo de la empresa mexicana, quien ha dirigido las críticas y movimientos en contra de la actual dirección de Repsol. ¿Logrará el presidente español Rajoy que Peña Nieto se comprometa a no marginar a Repsol? En principio es un objetivo, con la reducción de la participación de Pemex como alternativa, pero en cualquier caso el peso de las negociaciones recae en las propias empresas.

 

 

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