Khachapuri Megruli (pizza tradicional con queso y huevo); Mixed Pkahli (bolas de espinaca, berenjena y puerro con nueces); Gebjalia Salad (ensalada de queso cremoso con microvegetales); Elarji, Bazhe y Mtskeri Makvalshi (croqueta de polenta y pan crujiente con dip de almendras y codorniz marinada en vino tinto y jugo de frutos rojos), como entrantes. Lamb Chakapuli (chuletas de cordero con cremoso de puerro y patata con salsa georgiana de ciruelas y estragón), como principal. Matsoni (panacota de yogurt agrio con caramelo de nueces tiernas), como postre. Todo muy bien regado con vinos blancos y tintos de Teleda y de Khareba.

Es el menú degustación (40,9 euros) que ha triunfado en la semana gastronómica que el InterContinental ha dedicado a Georgia, dentro de la celebración habitual de jornadas dedicadas a cocinas internacionales que suele realizar el hotel madrileño.
La comida es el retrato de un país. En el caso de Georgia, la gastronomía es uno de los elementos más importantes de su cultura. Y su riqueza refleja la multiculturalidad del país, las influencias que vinieron tanto de Oriente como de Occidente.
La chef ejecutiva del restaurante Marani Georgian de Londres, Tamara Gachechiladze, ha sido la encargada de elaborar los platos más tradicionales de la cocina de Georgia, pero ha optado por el toque renovador, casi heterodoxo.
De la propuesta destacan el sabor picante y los ingredientes frescos. Como los tradicionales Khachapuri, un tipo de empanada con queso tradicional georgiano. O los Badrijani, berenjenas con nueces picadas y especias. Y los Khinkali, masa tipo dumplings rellena de carne picada. Y el Chakapuli, guiso de cordero con vino blanco y estragón.